Pues sí, merece la pena! Es mi respuesta al preguntarme si me resultaría interesante repetir por tercer año consecutivo como espectadora de la Zambomba instalada en el Teatro de La Latina en Madrid.
Anoche se estrenaba de nuevo, y allí acudimos medios de comunicación, artistas y un público entusiasmado por vivir unas navidades al son de villancicos hechos tangos, rumbas y bulerías.
El elenco artístico prácticamente el mismo, al igual que la puesta en escena y vestuario; cuando algo funciona, mejor no cambiarlo.
Y así disfrutamos como niños y con niños de la alegría contagiada a través de unos cantes expresados desde la emoción, la delicadeza y la personalidad, tanto de los artistas dedicados a los instrumentos, como los bailaores y los cantaores.
En términos generales, éxito seguro, pues la gente salía encantada anoche de lo presenciado. Sí cabe destacar el CANTE de María Terremoto, esta cantaora aún en edad adolescente, deslumbra con su voz, apunta a ser una de las grandes figuras del panorama flamenco en un futuro no muy lejano y, desde luego, ya tiene el empaque de éstas, pues pisa el escenario con una fuerza abrumadora. Yo por lo menos ya la tengo desde hace tiempo en mi lista de jóvenes flamencos a los que seguir la pista.
Lincy y Naike, Naike y Lincy, volvieron a impregnar el teatro de estilo propio y belleza en la voz. Y si algo tiene Maloko, es exactamente lo mismo, de casta le viene al galgo. La madurez artística de Chelo Pantoja no es cuestionable y es una de las artistas que, junto a la bailaora Raquela y el más coplero de todos, Fernando Soto, conecta con el público desde el primer segundo.
El toque de Jesús Núñez y Curro Carrasco, compenetradísimo. A la percusión uno de los grandes, Lucky Losada. Y Diego Villegas destacó al viento añadiendo elegancia y pulcritud al espectáculo.
Miguel Téllez y Encari Benítez cierran el lazo y ponen la guinda perfecta a un barco capitaneado por los maestros del compás, Tomasito y Diego Carrasco, que partiendo de la base de que su genialidad es incomparable, en este espectáculo se integran con total armonía con sus compañeros, sin pretender destacar por encima del resto y cediendo su sitio a cada uno de ellos. Bonito mensaje navideño el que dejan, de compartir, de igualdad, de familiaridad y alegría.
Definitivamente sí! Les recomendamos vuelvan a verla!
Fotos de Paco Manzano.
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