En busca de «Sones de Extremadura» salimos el Viernes pasado, dirección Casa Patas, para encontrarnos de nuevo con este ciclo que apuesta por el arte y los artistas de esta comunidad autónoma que tanto le ha dado al Flamenco. El cartel era doble, la primera parte la protagonizaba Javier Conde, virtuoso guitarrista, que a pesar de su juventud, casi me atrevería a decir que no tiene rival a nivel técnico en los días que corren.

Javier trajo a la Sala García Lorca parte del repertorio habitual de sus recitales en los que hace un recorrido por las obras de sus principales Maestros e influencias. Desde obras de Serranito, incluyendo «El Pájaro Campana» que ejecuta como si fuera obra propia, a la Danza Árabe de Sabicas o Guajira de Batista. Interpretó tanto en solitario como acompañado por la segunda guitarra de José Luis Medina. Tocaron de vértigo. De hecho se creó un silencio en la sala que ponía los pelos de punta.

Él mismo anticipó lo que venía en la segunda parte, Cante protagonizado por Enrique «El Extremeño» a quien estamos más acostumbrados a escuchar cantando atrás y que alante también es oro puro. Venía el Maestro bastante molesto por alergia y, ni eso pudo con él. El poder de este artista está sin duda en su conocimiento y su transmisión, que no cayó a la baja en ningún momento. Acompañado al Toque por Miguel Vargas y su hijo Juan, el cantaor hizo notar su admiración por el patriarca de los Vargas durante todo el concierto y es que Miguel dispone de una sensibilidad muy especial en su toque. Sensibilidad que ha heredado Juan y con la que el círculo fue completo. Como añadido le acompañaron a las palmas Miguel Téllez y Noe Barroso.

Se inició el Extremeño por Cantes de Trilla, Toná Chica y Romance para continuar después por Soleá por Bulerías. Sorprendió mucho en la Malagueña, de Manuel Torre y posteriormente una propia rematada por Abandolaos. Y en Extremadura nadie se escapa a los Tangos, con los que el respetable disfrutó y jaleó para terminar por Bulerías y Jaleos que Enrique comenzaba con una letra del Culto que tras varios días sigo sintiendo el pellizco. Recordó a El Lebrijano y Mairena pero El Extremeño tiene matices muy suyos que lo convierten en un artista genuino y brillante que nos hizo disfrutar como niños.  Aquí os lo dejamos!

Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.