Nunca escribo sobre los recitales que programo pero esta es una ocasión especial y quiero expresar, necesito expresar, la manera en la que he vivido este gran homenaje al Maestro Víctor Monge «Serranito». Obviamente la idea parte de la más absoluta admiración y del cariño a una persona que ha entregado su vida a la guitarra flamenca y que, siendo un genio, insiste en que él aprende de cada artista, de cada persona, independientemente del lugar que ocupe en la música.
Una vez expuesta la idea y aceptada por el Teatro Flamenco Madrid, comienza una etapa de trabajo duro en equipo pero muy satisfactorio pues la respuesta de cada artista, de cada persona ha sido inmediata y por supuesto, de entrega a la causa. Cada uno de vosotros me habéis contado anécdotas, aportado ideas, propuesto acciones, cada uno de vosotros ha querido ser parte activa desde la admiración, el amor y el respeto a un SEÑOR que en algún momentos os ha entregado su corazón, su enseñanza, y al mundo, sus manos sobre seis cuerdas que han hecho más feliz la vida de cualquiera que se haya parado a escucharlas.
El trabajo se convierte en un regalo y una lección vital cuando te cruzas con artistas tan enormes como los que hemos podido reunir para este encuentro de amigos. Cartel creado, musicazos confirmados…. ¿Y ahora qué? Hay que dar forma a todo para que el acto en sí tenga un sentido, una coherencia… Y de repente, Ángel Rojas, saca su varita mágica y da aún más luz a un evento que poco a poco se va convirtiendo en irrepetible. Y Helena Astorga junto a Javier Andrade tocan todas las teclas necesarias de un piano que hace posible que todo ocurra.
Evidentemente ésto no es una crónica por lo que no voy a contar lo sucedido en el escenario, es una carta abierta, de agradecimiento, en respuesta a todo lo recibido. En realidad es una carta de amor, de amor al FLAMENCO que es el nexo que nos une, de amor a un arte y una cultura universal que da sentido a nuestra vida y de amor a la guitarra flamenca y sus intérpretes.
Gerardo Núñez, Rafael Riqueni, Pepe Habichuela, Entri y sus niños, Oscar Herrero, José Carlos Gómez, José María Bandera, Jesús de Rosario, Kilino Jiménez, Javier Conde, Mario Herrero, Mario Parrana, Vicente Soto «Sordera», Rocío Díaz, Eva Durán, Ingueta Rubio, David Pino, Manuel Seoane, Cary Rosa Varona y Alfonso Calvo, GRACIAS por dar voz a través de vuestra garganta y vuestras manos a ese homenaje. Gracias por dar vuestro alma para llenar la nuestra. Carmen Linares, José Antonio Rodríguez, Cañizares, Ángel Muñoz y Charo Espino, Gabriel Moreno, José Luis Montón, Paco Vidal y Joni Jiménez, habéis estado con nosotros todo el tiempo a pesar de no haber podido asistir presencialmente. También es una carta de amor por cada mensaje recibido, y al equipo que trabaja cada día en el teatro.
José Manuel Gamboa fue imposible tener un mejor conductor. Guitarras Ramírez sin vuestro instrumento nada tiene sentido.
Y finalmente GRACIAS Victoria Llosent, por ser los pies, los oídos, la voz de Víctor durante ya cuarenta y seis años porque sin tu colaboración habría sido todo muy difícil. Las manos es mejor que sigan siendo las suyas….
El Flamenco para mí es lo único que me da en cada momento de la vida lo que necesito de él y tú, Víctor Monge Serranito, guitarrista de guitarristas, eres la historia viva de este arte que es sin duda nuestro motor. Cada segundo que paso a tu lado crezco y verte feliz ha sido la mejor de las recompensas. GRACIAS
Fotos y vídeo de Carmen Fernández – Enríquez.
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