Pedro el Granaíno, el Pele y Pastora Galván en los Veranos de la Villa de Madrid 27/07/2017.
«A Voces»… Aunque debería haberse titulado, «A pellizcos»… Estaba claro antes de empezar. Es lo que tiene programar las cosas bien, un sitio excelente, muy buen sonido e iluminación a pesar de ser al aire libre, un personal de organización y staff con una sonrisa de oreja a oreja que nos atendieron muy bien; son muchos ingredientes en la coctelera y como guinda al pastel tres ARTISTAS en mayúsculas, en permanente evolución, que terminarán volviéndonos locos si es que no lo habían hecho ya.
En la Plaza Verde, dentro del Parque lineal del Manzanares, a las 21.15 horas, sale a escena Pedro el Granaíno con la guitarra flamenca de Antonio de Patrocinio, comienza el espectáculo con un 80% de aforo aproximadamente y Pedro se templa por soleá con el toque muy flamenco de Antonio, respiración contenida en los sorbos que va dándole Pedro al cante, el público aplaudiendo el toque de Antonio en sus falsetas entre letra y letra, están los dos conectados, «se nota desde la primera nota»… Termina la soleá y yo no sé qué puede venir mejor, la organización deja entrar a otra tanda de gente que se agolpaba en la puerta entre cante y cante, como debe ser para no molestar a los artistas, gran detalle y se completa el aforo hasta la bandera, la gente comentando, soplando: ”ufff…la que nos espera hoy”. Comienza la mítica Nana del Caballo Grande de Lorca que popularizó el maestro Camarón, pelos como escarpias y de repente eso se transforma en una taranta que hacia el Cojo de Málaga y también Camarón (“En tu puerta da la Luna”) y unos tarantos (“En mi Mente”) aplausos como si se acabara el mundo para ambos, gran Homenaje a Camarón, sí señor, así sí Pedro. Llegaba el momento a mi entender más “pellizcos como puñaladas”, Seguirillas… El público sin respiración, silencio absoluto que sólo rompían los olés de la gente. Esta forma de cantar es un alegato a lo que los nostálgicos puristas dicen de las nuevas generaciones, que se está perdiendo el flamenco puro… Por favor, escuchad a este hombre cantar por soleá o seguirillas, aplausos para los 2 y a algunos sentimentales se nos saltaron las lágrimas, ahí no hay engaño. Aplausos interminables y algunos nos pusimos de pie en la gradas, bulerías para continuar. A las palmas Ricky y Noé Barroso, con soniquete, todos con mucho peso y caminando como dicen los buenos músicos, ¡qué flamencos sois!, vaya forma de cantar y de tocar ¡qué falsetones Antonio! algunos creíamos que ahí terminaba todo, arriba, de menos a más, pero después de muchos aplausos se vuelven a sentar y comienzan a tocar por tientos (“Yo seré como la Mimbre”) y, después de la segunda letra, aparece de la oscuridad por detrás del escenario Pastora Galván, da igual que el escenario sea grande o pequeño, esta mujer es distinta a todos, se hace gigante bailando, sin coreografía, tal vez sin ensayar los tres, simplemente, lo cual es muy difícil, bailando el cante según le sale, pone a Pedro de pie para cantarle , no es para menos, que mujer tan flamenca! Escobilla y un auditorio enmudecido en un silencio sepulcral escuchando y sintiéndola.
Se van de escena cantando el Granaíno a Pastora («Nadie puede abrir semillas en el corazón del Sueño») otra vez Lorca y Camarón en la «Leyenda del Tiempo», ahora sí, público en pie y esa sensación de «¿qué acaba de pasar aquí esta noche?… Increíble.
En apenas 2 minutos aparecen en escena sin darnos tiempo a digerir lo ocurrido las guitarras de Niño Seve y Jesús Rafael Gómez y la percusión de José Moreno (Hijo del Pele), comienzan a tocar armonías varias y nos transportan a múltiples sonidos hasta que de la oscuridad con traje blanco aparece Manuel Moreno Maya (El Pele) y nos interpreta “Dime Ana” unos tangos que nos recuerdan al maestro Enrique Morente aunque cualquier comparación del Pele con nadie es imposible, es un ser de alma, un ser de luz totalmente personal y distinto a cualquier cantaor actual ,pasado o venidero, con un fragmento a compás de Jaleos, una pasada, qué manera de sacar la voz, sin esfuerzo aparente, está a otro nivel de lo convencional, la experiencia le ha dado un poso y unas maneras que sólo se adquieren con los años y mil batallas, aplausos, la gente revolucionada con el Pele y su personalidad, ole tú Manuel!.
Ahora toca por Soleá, esa soleá tan personal del Pele, quien sabe si dentro de 40 o 50 años diremos, la soleá de la Serneta, la del Pele, la de… Yo creo que sí. Ese momento es parar el tiempo, cuando canta por soleá paso segundos en el cante que me doy cuenta que no respiro para percibir cada matiz que este hombre saca de sus entrañas, qué afortunados somos de poder vivir cosas como éstas, magistral, no hay más que decir.
Ésto no se acaba, Alegrías ¡que aire más gaditano en Madrid! huele a Caleta y aparece en escena de nuevo Pastora Galván, no sabría escribir algo sin repetir lo que ya dije de la bailaora en los tientos con Pedro el Granaíno, le bailó al cante, a las letras, y a Manuel se le veía disfrutar como a nadie cantándole, no paraba de decirle entre letras “¡ole tú Pastora!”, ella en un momento determinado se planta en el centro y dice aquí mando yo ahora, escobilla llevando a todo el mundo por su camino de flamencura y desembocan en Bulerías de Cádiz de locura… Apoteosis, ole los músicos, el Pele desatado y Pastora Galván encogiéndonos las tripas y el alma…¡Flamenca!.
Esto ya no hay quien lo pare, unos tangos populares “Vengo del Moro”, la gente bailando, ya está formada la fiesta, a mi entender un poco cortos pero intensos, eso sí. Se despiden pero queremos más, aplausos y un bis, un tema del disco “Canto” con Vicente Amigo, una rumba, «Enamorao», algunos pedíamos en el bis más cante en vez de tangos y rumbas, que si fandangos, seguirillas, etc, pero el Pele hizo lo que le apeteció a él y eso es parte de su forma de ser en el escenario y lo que tiene que hacer un artista.
Es una suerte lo que vivimos esa noche, volvieron a escena todos juntos y se marcaron un fin de fiesta cantándole en un mano a mano Pedro y Manuel a Pastora y entre los Tres Artistas y todos los músicos atrás lo que pasó allí esa noche es algo que debería salir en todos los telediarios del Planeta Tierra muchas veces al día ¡qué pasada!.
¡Vaya 2017 que llevamos! Como dice mi amigo Basilio Villalta, cantaor, «si esto es guerra que no se acabe nunca». Es uno de los mejores espectáculos flamencos que he vivido últimamente. Enhorabuena a los programadores y la organización, técnicos y como no a los musicazos que subieron a escena , a Pedro el Granaíno que se rebuscó en los rincones del alma, al Pele que nos dejó la piel de gallina y sin aliento y Pastora que nos transportó a otra dimensión… ¡FLAMENCA!.
Fotos de Archivo VPF. El Pele y Pedro «El Granaíno» de Sara Gpunto Foto y Foto Pastora Galván de Carmen Fernández – Enríquez.
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