Casi es a una tradición comenzar la Navidad con el Capullo de Jerez. Y lo es, por supuesto, gracias a la Fundación Casa Patas y la programación que Antonio Benamargo trae a la Sala García Lorca. Una vez más, el día 22 de Diciembre, acudimos en masa a disfrutar como enanos del arte del jerezano, que además, se acompaña de su imprescindible guitarrista Niño Jero y del compás de los hermanos Juan y Jesús Flores y Tequila de Jerez.

No nos tocó la lotería, por lo menos la del Estado, pero sí nos tocó la lotería del ARTE. Aquéllo fue una fiesta, una auténtica juerga flamenca. No podía ser de otra manera pues Miguel Flores trajo a Madrid a toda su familia y un séquito incondicional de fans que le siguen donde vaya…Como él mismo dice en alguna de sus letras, «Alejandro Sanz es el partecorazones, pero yo cuando salgo a cantar, le pongo mis ilusiones», y así es, las suyas y las de los que allí presenciamos esta noche de tangos y bulerías sobre todo, aunque también se escucharon Martinetes y Fandangos.

El cartel de «Entradas Agotadas» volvía a presidir el recital desde algunos días antes. El mismo Jueves 22, ya en el bar de Casa Patas, se respiraba el ambiente y los aires de fiesta. El Capullo da un movimiento especial a todo lugar al que va.

De nuevo, la capacidad de improvisación de este monstruo del flamenco sobrevuela por encima de todo lo demás. Sus letras propias, mezcladas con letras populares…Sus composiciones tienen una marca registrada y es que como el Capullo no hay dos. Es un ser privilegiado artísticamente. Tiene ese don de la transmisión que el flamenco concede solamente a unos pocos. Cuando además te enteras que no apunta ni graba nada de lo que compone, si no que desde el primer segundo lo mantiene todo en su cabeza, constatas la genialidad de un ser que siempre llenará de compás cada sitio que pise.

Como una vez me dijo un cantaor, «yo mataría por ser capaz de dar una sola vez en mi vida, una pataíta del Capullo».

Que lo disfrutéis!

Fotos y vídeo de Carmen Fernández – Enríquez.