Lo decía Goofy en su presentación: » hablar de belleza y Riqueni es algo reiterativo», sí, es redundante, pues Riqueni y belleza es una sola cosa en sí misma. Cada vez que le veo, no puedo evitar acordarme de la canción de Raimundo, «Medio Hombre, Medio Guitarra», o al revés, «Medio Guitarra, Medio Hombre» ya que a veces trasciende lo humano. Creo que es lo que mejor define a este artista no apto para insensibles. O al revés, igual Riqueni no debería ser apto para sensibles, pues como te pille a medio gas, te fulmina.
Capaz de llevar al caballo a galope corto y de soltar rienda para dejarlo alargarse pero siempre dominando, aunque él sea caballo desbocado, como jinete tiene control absoluto de su sonanta. Cada vez que sube a un escenario entra a matar con sus falsetas. Deberían recetarlo los psiquiatras, la Riqueniterapia, pues te activa la mente y te relaja el cuerpo. Consigue que te metas en su piel. No es solamente su música, es el aura que trae consigo y que llena ese escenario. Es la atracción que crea en un público absorto, capaz de estar casi dos horas en silencio absoluto. Pues, esta vez, en el Café Berlín, hasta el público era diferente. La sala se llenó de adictos al artista.
El repertorio se basó en dos partes, la primera en la que interpretó varios temas de su nuevo disco, «Parque de María Luisa», como «Trinos», compuesto en una sola tarde, dejando volar suponemos a los pájaros de su cabeza a través de esas cuerdas, para que puedan cantar y expresar con su canto las inquietudes de su alma.
La segunda parte, repertorio Flamenco con su Taranta, Soleá, Rondeña, su Canción de Amor, su homenaje por Fandangos al Niño Miguel y el «Romero Verde» a Manuel Molina, con la segunda guitarra de Paco Roldán que acompaño, disfrutó y admiró como cada persona allí sentada. El Bis con el Trémolo «Cogiendo Rosas»… Pues eso, alimento para los sentidos. En mi caso, uno de los ejemplos por los que un día decido cambiar de vida para dedicarme al Flamenco, una noche para dar sentido a esa decisión. Gracias Riqueni! Lo dicho, «Medio Guitarra Medio Hombre».
No Responses to “«Medio Hombre, Medio Guitarra»… O al Revés!”