El pasado lunes 17 de diciembre de 2018 asistimos al Teatro Flamenco Madrid a las 22 horas, expectantes con la presentación de algunos temas de su inminente trabajo discográfico, a recibir como regalo su cante y acompañarle en esta aventura que bien seguro le deparará muchos éxitos.
Decir Ingueta Rubio , es decir herencia, pureza y personalidad arrolladora, hay cantaor pa´ rato!.
Antonio Ingueta, cantaor, guitarrista y compositor, nació en 1977, hijo de Miguel el Rubio, cantaor profesional muy admirado y respetado, personal en lo artístico y grande en lo humano y con unos matices y pellizcos que a nadie deja indiferente. Antonio es sobrino de Camarón de Pitita, guitarrista de élite, que ha acompañado a innumerables figuras también con un sello propio, sensible, flamenco, genial…es además, por si esto no fuera poco en su herencia recibida, nieto de Antonio el Rubio, cantaor al que muchos admiramos profundamente, como en su día hizo Camarón, un hombre lleno de sabiduría y vivencias al que pudimos ver hace poco en un escenario acompañado a la guitarra por su nieto Antonio Ingueta cantando con 90 años de una forma que ya nadie canta, fue algo que guardaremos para siempre en un rincón de nuestras almas.
Descienden su familia de la Línea de La Concepción (Cádiz) aunque residen en Madrid desde hace muchos años, su bagaje artístico es impresionante.
Estuvo Antonio acompañado magistralmente por la guitarra de Kilino Jiménez, muy flamenco, con el eco característico de su familia y su barrio, Caño Roto, pero distinto a los demás, buscando cada día su propio sonido ¡lo que has evolucionado desde que te conozco siendo un niño, ole tú Kilino!
Kilino es hijo de el maestro El Entri, que debe haber enseñado a tocar la guitarra a más de 2000 personas bien seguro, los que hemos aprendido cosas con él tenemos claro que este hombre nació con el don de la enseñanza y de transmitir en lo musical y en lo humano. Aunque la lista de artistas de la saga Jiménez sería inagotable, hablando de cante, baile y sobretodo toque, quiero hacer una mención especial para su hermano Jesús del Rosario, otro guitarrista increíble con una sensibilidad especial, que todos hemos escuchado en muchos discos y eventos del panorama flamenco actual, genio!
Al compás y jaleos estuvieron, Lucky Losada al cajón, increíble percusionista lleno de oficio y soniquete, Miguel El Rubio, orgulloso de su hijo, feliz, gozando, escuchándole con satisfacción de padre y artista y también dos grandes bailaores de los mejores del panorama actual, Pol Vaquero y Pablo Fraile. Los cuatro arroparon a Antonio y Kilino en los cantes a compás, ayudando a dar ese peso de arte al cante y el toque.
Comenzaron por Cantiñas, que estarán en el disco, con un soniquete muy gaditano, cantadas y tocadas con un vaivén como de olas caleteras, a continuación Granaína con ese eco Rubio en los cantes libres tan jondo y distinto a su vez, geniales, todos con el corazón encogío, por Soleá por Bulerías después, uff, sólo la salida del cante nos puso a jalear como locos, era el turno de la jondura y la profundidad de los cantes por levante que los Rubios ejecutan de una forma especial ¡cuántos quisieran!, casi siete minutos después por bulerías con «La Niña Desengañá» y todos jaleando sin poder parar quietos en las butacas del Teatro, de locura, ¡qué poderío!, dio las gracias a Kilino por su apoyo y su trabajo en la grabación del disco y nos regaló dos fandangos del abuelo Antonio el Rubio, no hay nadie que los cante así, entiendo perfectamente que Camarón quisiera grabar este estilo personal propio de la familia, lleno de melismas, con melodías ancestrales y giros y cambios de velocidad vertiginosa en la voz de Antonio Ingueta, muchos oles, no era para menos! Terminó Ingueta haciendo por tangos el single «Remordimiento» de su inminente trabajo, estrenado ese día, presentó a su equipo, apareció extra Josemi Garzón al Contrabajo y los ya mencionados anteriormente, todos tuvieron su momento de reconocimiento por el público con aplausos y oles, y terminamos el concierto con la sensación de que queríamos mucho más, nos supo a poco la hora aproximadamente que duró el concierto.
Entre los asistentes estaban disfrutando entre otros el Maestro del cante Cancanilla, el guitarrista Joni Jiménez, muchos miembros de la familia Rubio, entre ellos Charo, enorme cantaora, y seguro que alguno que olvido, ruego me disculpen.
Cuando dieron las luces de la sala, se veían caras de entusiasmo, de haber gozado mucho, de artistas tan grandes. Comentaban varias veces los que teníamos detrás que si hubiera nacido en EEUU, Ingueta Rubio sería como Frank Sinatra, nos hizo gracia, aunque esas palabras encerraban un sentimiento de haber visto algo muy grande en un sitio pequeño y que ¡ los medios deberían difundir algo tan de raíz como este concierto a lo grande grande!
Os deseamos a ti ,tu familia y tu equipo, muchos éxitos, Ingueta Rubio, gracias por regalarnos tu Cante.
Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.
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