La dulce voz de Filo de los Patios y el toque de Antonio Carrión se instalaron el pasado sábado en la García Lorca de la Fundación Casa Patas.

Con la sala desbordada y público que vino incluso desde Zaragoza, la pareja artística creó un ambiente lleno de flamencura y calor por medio de unos Cantes que representaban la grandeza del Flamenco y la capacidad que algunos de los artistas jóvenes de esta vertiente tienen para darle continuidad.

Comenzaban por Malagueñas y seguían por Levante. Especial fue la Soleá, cantada por Filo despacito, sin prisa, y que empastando con la guitarra de Carrión consiguieron constantes jaleos del respetable, en bajito, para no interrumpir el arte que se estaba derrochando sobre las tablas.

Previo al descanso unos Tangos, compuestos por la propia cantaora para su próximo disco y con letras dedicadas a su pareja, «La Luna de mi Ensueño», letras de igual dulzura que la de su voz.

Tras el cambio de vestuario, vuelven a escena de rojo y negro, conjuntadísimos, mostrando una preocupación por cuidar al detalle todos los aspectos de su actuación, mostrando un respeto inmenso al público y entran por Tonás para continuar con Granaína y Media Granaína.

Especiales fueron los Caracoles, acordándose de Chacón, «Manuela Reyes», provenientes de una Zarzuela y también especial fue la Seguiriya en la que la de los Patios se dejó su sentir por Manuel Torre y Pavón.

Final por Bulerías y Fandangos, una despedida en la que se recrearon durante muchos minutos, dejando entrever el disfrute que los propios artistas tenían, estaban a gusto, se sintieron muy bien acogidos y devolvieron al público con creces, lo que de ellos se esperaba.

Noche Flamenca donde las haya, éxito total de un arte que tiene una embajadora más en la garganta de Filo, y ni qué decir, en las manos de Carrión.

Un trocito por Levante.

Fotos y vídeo por Carmen Fernández – Enríquez.