Es sábado por la tarde y nos dirigimos al barrio madrileño de Vallecas para asistir a una jornada más de la Suma Flamenca, que acoge el Centro Cultural Paco Rabal como espacio escénico.

Un cartel de “Entradas Agotadas” preside la puerta principal junto al cartel que anuncia los “Sones de Extremadura” que protagonizarán el guitarrista Javier Conde, así como La Kaíta acompañada por Miguel Vargas y Juan Vargas.

Llegamos temprano pues con estos nuevos horarios hay que aprovechar el previo al concierto ya que en el post te juegas multa. Tras un ratito compartido en la cafetería sin besos a pesar del tiempo que llevamos sin vernos, los artistas se van a a calentar. Esta vez los abrazos serán musicales.

Comienza el turno con Javier Conde que ha preparado un recital sin olvidar en ningún momento el motivo del Festival de este año, homenajear a Morente por lo que comienza por Granaina, continuó con un Zapateado de Andrés Batista, Fandangos, Danza Árabe de Sabicas, Rumbas de Riqueni y Paco de Lucía y un final con “El Pájaro Campana” de Serranito de vértigo. El virtuosismo de Javier Conde da miedo, la velocidad unida a la precisión que alcanza, el dominio de los recorridos por el diapasón es casi inalcanzable. Jesús Heredia lo acompañó como segunda guitarra y juntos levantaron al público de sus butacas al finalizar su actuación.

Tras unos minutos con cambios en el escenario llegó el momento de La Kaíta que compartió todo el tiempo protagonismo con el Maestro Miguel Vargas, creador del toque por Jaleos y con Juan Vargas como segunda guitarra que tienen trabajo discográfico recién salido del horno. Soleá para comenzar, Tangos, Fandangos del Porras, Jaleos y Bulerías. Extremadura por bandera. El Cante de esta artista es anárquico y salvaje pero a la vez es capaz de medir ese salvajismo y recogerlo, con contención, emocionando más si cabe. Y cuando rompe la voz la única reacción posible es el llanto.

A la emoción creada por el Cante se suma la creada por estos dos guitarristas, padre e hijo, que encarnan un toque limpio, pulido, con soniquete y belleza en sus armonías a partes iguales. Les acompañaban las palmas de Noe Barroso y Alexis Rebman.

Lo dicho, un abrazo musical muy reconfortante que nuevamente nos deja con ganas de más, más Flamenco, más conciertos y más reencuentros, sin horarios en el futuro, o al menos, esos esperamos.

Fotos y vídeos de Paco Manzano.