Son las 19,45h del 19 de octubre de 2021. Llegó el momento. Primer concierto del Festival Suma Flamenca de Madrid. Y qué mejor forma de abrir el festival que con la despedida de los escenarios del mejor guitarrista, compositor y concertista que ha dado la capital madrileña: Víctor Monge Serranito.

Una noche de esas que no quieres que llegue y a la vez esperas con ansia porque quieres ver al maestro tocar, pero no quieres que sea la última.

Sale al escenario, rodeado de un elenco de músicos extraordinarios con los que muestra a lo largo de la noche una complicidad especial: Paco Vidal y Javier Conde a la guitarra, Eva Durán al cante, Cary Rosa Varona al chelo, su hijo Víctor Monge a la percusión y a las palmas y baile Noé Barroso y Ángel Muñoz. Se sienta y comienza el recital con su taranta “Cazorla” demostrando mucha templanza en su toque, y tras un caluroso aplauso del público, momento en el que el maestro dedica a su mujer Victoria este último concierto, prosigue por soleá y por farruca. ¡Qué entrañable su nerviosismo ante los picados! A sus 79 años puede estar más que orgulloso de su técnica, que lógicamente no alcanza la velocidad de hace años, pero que contrarresta con el sabor de la experiencia a pesar de la dificultad de su toque.

El bailaor Ángel Muñoz nos deleita con un baile por soleá de corte clásico, y tras él, vuelve Serranito por tangos “Por la vera del Genil” que, jaleado y arropado por sus músicos, va subiendo la intensidad dejando atrás los nervios y disfrutando del toque y, en consecuencia, haciendo disfrutar al público presente que lo escuchamos también llenos de emoción y con sensación de magia en el ambiente, con el corazón abierto. Después interpretó “Dani”, y para terminar, su extraordinario “Agua, fuego, tierra y aire”, ¡qué barbaridad de composición! Una maravilla ese estilo propio con una sonoridad tan amplia que ha sacado a la guitarra de los acordes tradicionales para abrir un universo musical propio sin perder un ápice de flamencura. Nos ha hecho montarnos en su barco y disfrutar con él meciéndonos en las olas de su musicalidad.

Me permito compartir con ustedes una conversación reciente con Serranito en la que me contó que lleva meses preparando esta gira de despedida “Como un sueño” tocando una media de ocho horas diarias. ¡Gracias maestro por tu dedicación, tu esfuerzo y tu constancia y por compartir esa música que pasaba por tu cabeza y trasladarla a tus manos para el deleite todos los aficionados que te hemos podido ver sobre las tablas! Gracias por ese legado tan grande.

Tras una gran ovación del público, todos en pie, el teatro lleno hasta la bandera, no pudo resistirse a hacer una pataíta por bulerías con mucho arte. (Se dice que años atrás en las reuniones de flamencos, ni los bailaores querían bailar después de él.) Vivir esta noche histórica para el flamenco ha sido “Como un sueño”.

Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.