Silencio, qué bonito es el silencio….Ese que se crea en las salas cuando hay un público dispuesto a escuchar. Ese enmudecer de la gente para no interrumpir ni entorpecer el protagonismo de una voz, una guitarra y unas palmas. Codiciado lujo éste, que no siempre ni todos consiguen en un lugar como el Café Berlín, capaz de reunir en tiempo y espacio a la afición flamenca y a la no, pero anoche Alonso y sus músicos lo hicieron real. Casi todos sentados, apenas unos pocos estábamos de pie, pero todos a una atentos, con los cinco sentidos puestos sobre un escenario que sacó lo mejor del chiclanero.
Comenzaron por Malagueñas y Abandolao, éste último nuevo en su repertorio, como nuevas fueron las letras cantadas por Tangos y por Soleá. Además de la novedad, hubo cantes habituales en Rancapino Chico, que no puede ni debe evitar hacer pues su público quiere escucharlo por Alegrías y por Fandangos, esta vez los últimos con una dedicatoria especial, pues de todos es sabida la admiración de Alonso por Caracol, y el sábado en las butacas estaban su hija Manuela, la Caracolilla, y su nieta Luisa, así que el cantaor se metió por su padre y abuelo, por supuesto en su honor y en memoria del genio.
Las Bulerías fueron acompañadas de percusión, y cuando el recital parecía acabar, Bis por Zambra caracolera, pero cogiendo prestados Alonso sus giros a su mayor maestro, su padre. Y es que aunque sus voces son diferentes sus matices no lo son tanto, pues es lógico que el hijo coja las maneras del padre.
Complicidad absoluta con Higuero, guitarrista que siente devoción por su amigo y lo hace notar a través de sus cuerdas y sus miradas de admiración, con Manuel Cantarote y Luis Monge que ensalzaron el compás. Madrid en pie, devolviéndoles el calor.
Y la noche se transformó. Se transformó en Flamenco, se transformó en jondura, en recuerdo a los enormes. Y el Berlín se transformó. Se transformó en silencio, silencio para convertir esta sala en peña Flamenca, basada en la libertad del querer escuchar.
Tengo que reconocer que anoche iba con la intención de no escribir, si no simplemente iba a disfrutar de una velada de flamenco y amigos, pero no lo he podido evitar, he necesitado expresar mi sentir y devolver a estos artistas todo lo que ellos nos regalaron ayer.
Enhorabuena Alonso!La has vuelto a formar!
No Responses to “Se hizo el Silencio en el Berlín”