Ya lo decía Antonio Benamargo cuando presentaba el Ciclo de San Isidro de la Fundación Casa Patas a la prensa: “La Cañeta con su edad pone a todas las festeras jóvenes a cavilar” y no se equivocó lo más mínimo.

La energía que Teresa desprende y la capacidad de bailar y cantar sin pestañear casi, a pesar de su dolor de pies, son únicas. No habrá otra igual, podrá haberlas mejores y peores, pero como ella, no hay otra. Es artista por los cuatro costados, dentro y fuera del escenario, cantando, bailando, haciendo compás e incluso hablando y dirigiéndose al público con anécdotas personales que sacaron la risa de todos los allí congregados.

Empezó por Soleá por Bulerías, acompañada al toque de Antonio Soto, que a lo largo de su trayectoria ha sido el guitarrista de enormes figuras como Fosforito o Agujetas, y al compás de su hija Loli de la Cañeta y de Kiko de Málaga.

Siguió por Tientos y justo detrás, sus tan característicos Tangos, cantes en los que se desenvuelve con absoluta maestría. Homenaje al Piyayo.

Antes de comenzar a cantar agradeció a todos los allí presentes su asistencia, nombrando uno a uno a sus familiares y amigos que la acompañaban, entre ellos el Cancanilla de Málaga que tuvo el acierto de subir con ella al escenario a la vuelta del descanso, uniéndose a ellos José Salazar, cantaor y marido de la Cañeta y así, con este cuadro flamenco formado, Cantiñas, Alegrías, con letrillas que recuerdan a Pastora Imperio, a Chano, a La Perla y a Lola Flores.

Cancanilla se metió por Bulerías, cantó y bailó, y dio paso así a los Fandangos de José Salazar, cantados con el corazón y una entrega absoluta, ésto es también el Flamenco, incluso con previo aviso de no tener la voz en sus mejores condiciones, el cantaor no pudo resistirse, su alma se lo pedía, necesitó expresarse y sacó los aplausos de todos.

No quisieron La Cañeta y Cancanilla quedarse sin tirar por Fandangos ellos también. El final vino por Bulerías, en los que como guiño a Madrid, esta artista metió la zarzuela de “Los Nardos”, habiendo metido ya por tangos trocitos de chotis.

Noche de vítores y olés continuados, de cantes festeros, de ganas de levantarse y salir a bailar, como su hija Loli la jaleaba, Mª Teresa tú eres extraterrestre!

Fotos y vídeo de Carmen Fernández – Enríquez.