Noche de consternación, de pena, de dolor, de despedida y por otro lado, de emoción, de necesidad de juntarnos, de abrazarnos y vivir. Pues como bien decía ayer Gamboa, eso también es el Arte. No era fácil pues se había ido Fernando de la Morena. La Bulería de luto, el compás hecho trozos y en el Círculo Flamenco de Madrid, que siempre fue su casa, se palpaba la tristeza, eso sí, había necesidad de aliviar el alma y la mejor forma de conseguirlo para los flamencos es escuchar Cante, así que, dicho y hecho.
La Fabi llegaba cansada, tras muchos días de no parar, pues esta cantaora ha lanzado disco y entre gira y tablao no baja casi nunca de los escenarios. Se presentaba en la sala Off Latina consciente del día tan señalado en el que la había tocado actuar. Con un vestido azul turquesa y mantón de manila, dedicó su recital al cantaor jerezano tras la presentación y necrológica de Miguel Ángel Rodríguez. Subió y rompió arrancando por Soleá. Particularmente siempre la había escuchado por Soleá por Bulerías y escucharla cantando con la cejilla de Paco Heredia al nueve, templada, con peso, sin titubeo alguno, conmovió a todos los presentes a los que no nos quedó más remedio que entregarnos a la escucha y al desgarro.
Tras la Soleá paseó por Levante, acordándose de Camarón y Gabriel Moreno, Cantes que le van como anillo al dedo pues esa forma de Fabi tan salvaje conecta con este palo de manera inmediata. Vino el ciclón por Alegrías, las de su disco, aires gaditanos con palmas de Zambullo, Rubén Romero y Paquetito. La fuerza que la arcense despliega ahí en su trabajo discográfico se multiplica por tres en su directo. Seguiriya que nos recordó el dolor de la reciente pérdida y unos Tientos Tangos dignos de mostrar al mundo. El final por Bulerías en las que cantó y bailó, mostrándose al natural, tal y como ella es.
La Fabi vino a Madrid con muchas ganas y se coronó donde mejor podía hacerlo, en la cueva de Círculo Flamenco, donde la afición es infinita y el sonido envuelve. Sonido que brilló en las seis cuerdas. Creo que no me equivoco si destaco que Paco Heredia estuvo sencillamente soberbio.
Vivan los cantaores de inspiración que son capaces de transportarte de un lugar a otro, de un sentimiento a otro, de recorrer vivencias. Inspiración a la que anoche, seguro, ayudó muchísimo Fernando. Maestro! Dé usted un beso al Morao!
Fotos cedidas por MJ Lara.
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