Degustamos un aperitivo en el restaurante del Hotel Rural La Fábrica de Fuente de Cantos, uno de los más acogedores lugares de Badajoz, cuando por sorpresa se hace presente en la pantalla de la televisión Miguel Vargas para satisfacer la curiosidad despertada en la locutora por la inminente partida hacia Francia del espectáculo Al Son de Extremadura, que es en realidad Extremadura Pura con la incorporación puntual a la compañía -formada por Miguel y su hijo Juan, los cantaores Kaita y Alejandro Vega y el bailaor El Peregrino– de Guadiana, Enrique El Extremeño y Piraña con vistas a la actuación en el Festival Flamenco de Nimes. El reportaje del telediario incluye pasajes de Salomé Pavón cantando en Flamenco On Fire, en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, acompañada por las guitarras de los Vargas. ¡Inolvidables recuerdos estivales!
Estas imágenes de la incursión acometida allende los Pirineos por Miguel y su troupe nos llegan en vísperas de la premiére o estreno en el cine del hotel -¡visionaria aventura de su propietario, Juli!- de Molly´s Game, fecha en que el manto de una noche gélida y cerrada cubre las almas de los cinéfilos que a ella acudimos. Cuando, con el hormiguillo en el estómago propio de toda alfombra roja, entramos en el jardín de La Fábrica, a Salomé le parece ver una carreta camino del Rocío. ¡Normales son estos fogonazos engañosos en tan cinematográfico enclave! De hecho, esta mañana a mí me pareció ver al entrar en el bar a un indio acodado en la barra. Mas, aparte de no haber reservas cerca, un leve movimiento de cabeza del piel roja me bastó para constatar que no se trataba sino de una señora con el pelo peinado en coleta.
La entrada es buena, pues no en vano Juli, que apostó por abrir un cine en una pequeña localidad cuando la rentabilidad de las salas caía en picado en toda España, compite con ventaja en taquillaje con la mismísima Gran Vía capitalina. Con Villaviciosa de Abajo logró llenar en las cuatro proyecciones, quedándose fuera y con la miel en los labios unos sesenta espectadores cada día, cosa que no pasa en Madrid desde los días de La violetera… No comparecen al photocall de Molly´s Game -todo se andará- Jessica Chastain ni Kevin Costner, pero sí notables fuerzas vivas que no quieren perderse esta trepidante narración recordatoria de que la tranquilidad no se paga con nada y de lo ilusorio y peligroso de la sed de querer ganar dinero a toda costa, ser alguien caiga quien caiga o ser más listo que los demás sí o sí, y en la que nos congratula descubrir en el papel de magistrado rostro pálido a un Graham Greene irreconocible si lo cotejamos con sus trabajos en Bailando con lobos o Corazón Trueno. A la salida saludamos a José Iglesias, Pepe El De “Mapfre”, corredor de fincas y presidente durante años de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la Ermita de la Hermosa, que con la mediación de Paco Zambrano ha subido cada Semana Santa a los balcones del solar natal de Zurbarán a grandes saeteros.
Al día siguiente, tomamos asiento a una mesa del Bar Salas, frente a la Farmacia Toribio y la joyería y donde se respira entre partida y partida de dominó o cartas un aire años sesenta tan auténtico que uno se pregunta si no hará en cualquier momento acto de presencia Porrina, que pasado mañana, por cierto, hubiera cumplido noventa y cuatro años. Allí, echando un vistazo al nuevo número de Jara y Sedal, nos enteramos de que está acabando el tiempo de caza del zorzal, de que ellas nos prefieren cazadores, de las prevenciones a adoptar para que los organizadores de monterías no nos engañen como a chinos o los pasos a seguir para no morir desangrado cuando uno es herido por un navajazo de jabalí, equivalente cinegético de las puñaladas propinadas por el cante de Alejandro Vega o Kaíta cuando están inspirados. La definición que del cazador da su director, Israel Hernández, no puede reunir más puntos en común con el cante flamenco: “Soy libre”, escribe: “Soy de naturaleza salvaje, soy el resultado de 195.000 años de evolución. Soy la lucha eterna contra los elementos. Soy el hambre, la sed y el frío”… ¿No suena a siguiriya de Manuel Torre o Ramón El Portugués? Una pena que, lo mismo que las corridas en Ecuador con que Oliva Soto inicia su temporada o la nueva visita a Madrid de la Dra. Erika M. Sutherland, del Muhlenberg College de Allentown (Pennsylvania), tengamos que seguir la gala de los extremeños por medios virtuales, como la foto colgada en Facebook en que Kaíta y Alejandro, recién arribados a Nimes, saludan a la afición sosteniendo un café y una magdalena y de la que debieran tomar nota -por colorido, contornos y subliminalidad- los publicistas de Cacaolat.
Hasta nuestro vivac de La Fábrica nos llega también, con los vídeos y reportajes fotográficos de Nimes, noticia del arranque al lado de Madrid, en Getafe, de una nueva sala que apuesta por el flamenco: El Tablao. Ambiente taurino y buen yantar, el viernes se celebra allí una apetecibilísima velada protagonizada por Farru, carismático bailaor de una estirpe que pisa fuerte, al que arroparán nombres en ascenso del cante a los que uno no debe desaprovechar ocasión de escuchar: Ingueta El Rubio y Samara Losada. Con ellos, el baile de Saray La Pitita, la percusión de Amador Losada y las solemnes guitarras de Jesús de Rosario y Juan Jiménez. ¿Se perdió usted a Ingueta en su recital de la Sala Berlanga o en el de la otra noche junto a Miguel El Rubio en el Café Berlín, escenario también del más reciente triunfo madrileño de Farru? ¡Ya sabe cómo desquitarse! No le digo nada de Samara, hija de Amador de Los Chorbos y que destella con luz propia en la baraja de jóvenes cantaoras. Aparte de que al frente de la programación flamenca va a ponerse desde ya Moreno Borja, uno de los caracteres más positivos que conozco. Si en sus ratos libres Moreno Borja no monta una empresa, pues protagoniza una película, se presenta al Festival de Benidorm o sube a un escenario a las figuras de más tirón del escalafón flamenco. Ya está en contacto con Capullo de Jerez, Lía y otros nombres con tirón para asegurar exitosa prolongación a esta temporada que rompe fuego con la gala de Farru y que esperamos que propicie muchas noches para el recuerdo.
En cuanto a los extremeños, comparecerán -si la memoria no me traiciona- en febrero en Madrid -en Casa Patas– con ese espectáculo, derroche de autenticidad y pureza, cuyo reclamo ningún aficionado debería desoír, y también a finales de este mes con motivo de la entrega del galardón Silla de Oro al Peregrino, cena esta última para la que espero que Diego Gallardo nos haya reservado ya cubiertos. ¡Ese es acontecimiento que hay que vivir! ¡No vale que te lo cuenten!
Foto de Archivo VPF de Carmen Fernnández – Enríquez.
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