La esencia de los Sordera, todo el arte de esta saga de Jerez rindiendo pleitesía a uno de sus miembros más queridos, apoderado del compás, Manuel Soto, “El Bo”. Así, acompañados de un numeroso elenco de artistas, vinieron a Madrid para afincarse en el Nuevo Apolo y formar una buena fiesta.
Comenzaba el evento con la presentación de Juan Verdú e inmediatamente después, Maloko Soto, hijo del protagonista y al que normalmente escuchamos acompañando a Diego Carrasco o haciendo sus particulares cantes festeros. Sin embargo esta vez, se lanzó por Martinetes, muy característicos de su familia, dando preludio a una serie de Cantes, dos por artista, que iban dando forma a una velada que duró casi tres horas y pasó como en cinco minutos…Qué rápido pasa el tiempo cuando uno disfruta.
Para seguir con la generación más joven de artistas de esta casa, Lela Soto, acompañada por Nono Jero al toque, pasaba por las tablas “vestía” de rojo y negro, con una presencia de las de rompe y rasga y se metía por Malagueñas y por Bulerías, rematando éstas con la Bien Pagá, característica del repertorio de su padre, que por cierto él también interpretó y que Lela ha masticado desde chiquitita. La continuidad de la saga está asegurada!
Silencio!Todos los respetos!Llega el plato fuerte! Enrique Soto y además por Soleá y por Levante, probablemente el más parecido al patriarca, don Manuel Soto “Sordera”, físicamente y en su cante, pura raza gitana, puro cante de Jerez, capaz de llevar al éxtasis al que lo está escuchando, gloria sin más y detrás suya, su hermano Vicente Soto, con Alegrías y Bulerías, aires de Cádiz para seguir amenizando este cócktail que ojalá viéramos más a menudo. Vicente es la elegancia infinita cantando.
Se interrumpe el bloque Sordera para dar paso a los otros protagonistas, los Morente, ideólogos de esta fiesta, con José Enrique al cante; no se podía romper eso sí el binomio Morente – Habichuela así que Kiki vino acompañado de Juan Habichuela Nieto que se salió del mapa. Arrancó los aplausos del público en más de una ocasión por Tangos y más tarde cantando con las cuerdas “María de la O”. José Enrique se acordó de su padre por Babilonia, siempre desde su toque personal.
Turno de Mercé que se perdía al Madrid por estar en una noche tan especial junto a su primo, además volvió el Mercé más flamenco, por Soleá, por Fandangos, acordándose de su tío Sordera, recordando al Gloria y evocando a Manuel Torre. Su final por Bulerías.
Fue el acercamiento de nuevo a la rama troncal del tributo y así, la parte más innovadora desde siempre de la casa jerezana, Sorderita, salía con ganas de envolver a los presentes con su particular esencia, llenado de flores blancas el teatro y de versos que emanan de la pena….Vivan los trovadores! Quiso eso sí , salir un rato del flamenco con una canción que le compuso Lolita hace muchos años, “Ya no puedo Volar” y que él dedicó a Estrella Morente.
Ella era otra de las protagonistas, junto con los Montoya que la acompañaban, por haber hecho posible esta noche tan especial. Interpretaba vestida de negro riguroso, con pelo recogido, con palabras para el Bo, recuerdo a su padre, se metía después por Tangos y se soltaba la melena por bulerías. El propio Sorderita la describía justo antes como la “actual señora del cante”.
Y si hablamos de compás, no podía faltar el gurú, Diego Carrasco, que salía acompañado de Tino di Geraldo y Curro de Navajita. Luego se sumó a ellos Ane Carrasco y Maloko y cantaron así a Camarón y por Camarón.
Por fin, el momento más esperado, la salida a escena del Bo, muy agradecido y emocionado, que prefirió vivir su homenaje desde el backstage en lugar de en el patio de butacas, para no perderse un segundo de la fiesta que debía haber dentro.
Fin de Fiesta con todos reunidos y Juana Soto como absoluta protagonista, jaleada por todos los miembros de una familia, que demostró una vez más, por qué es una de las ramas flamencas más importantes de la historia. Hay Sordera para rato!
Fotos de Paco Manzano.
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