Abrió José por Tonás para inmediatamente subir el resto de sus compañeros al escenario y hacer ya el recital todos juntos. La guitarra de un jovencísimo Rubén Lara, que desprende flamencura en cada acorde. Palmas de Noe Barroso y Manuel Salado.

José siguió por Alegrías dedicadas a su sobrina y Fernando entró por Soleá, con dedicatoria a su padre, y en la que se acordó de Tomás Pavón.

También hubo soleá por parte de José, es el sello de su casa y el respetable así lo pidió. Es bonito ver cómo dos hermanos suenan tan diferentes, ahí es donde se refleja la personalidad, criados en la misma cuna, aprendiendo de los mismos maestros, cada uno tiene sus matices, sus maneras. José es racial, personal, pura transmisión, cuando tira de la voz para arriba, rompe …. Fernando es dulzura, se nota su afición, cantó por el Chaqueta y nos dejó a todos absortos.

No se olvidaron ninguno de hacer un guiño a otros artistas y aficionados allí presentes como a Cancanilla de Málaga, José Luis Palazón o Ingueta Rubio al que Fernando dedicó unos Fandangos.

Hubo también Malagueña, Cantes de Levante, Bulerías por Soleá y Bulerías para finalizar en las que mostraron ambos mucho compás.

Canela en Rama, la rama de esta saga perteneciente a los Campos de Gibraltar, que lleva por bandera su Cante Gitano. Que en cada tercio y cada una de sus palabras recuerda a sus mayores, sus vivencias, el lugar de donde vienen.

Sin duda un acierto por parte de Antonio Benamargo este inicio de programación, pues los Canela no se dejan ver a menudo por Madrid, y aunque trabajo no les falta, creo que son de esos artistas a los que aún no se les ha dado el lugar que les corresponde. La afición necesita más noches como ésta y más carteles con artistas tan genuinos y que tanto llegan al corazón.