Malagueña de Chacón y Abandolaos de Juan Breva, así comenzaba su recital el cantaor Paco del Pozo, el sábado pasado en la Sala García Lorca.

Fue una noche de acordarse de los grandes maestros, de matices muy finos tanto al Cante como al Toque, que por cierto venía por parte de Paco Vidal, guitarrista que acompaña a menudo a del Pozo y además es el productor de su próximo disco.

Recuerdos a Marchena, a Antonio el Sevillano, a Corruco… Se notaba que el cantaor estaba como en casa, ya que da sus clases en esta misma sala, y entre el lugar y un público que lo arropaba dándole mucho calor, hubo dos horas de Flamenco por derecho. 

Esta primera parte que continuaba por Alegrías, Soleá, con la que este artista está tan a gusto que en la segunda parte volvió a hacer este Cante, pero esta vez por Triana.

Justo ates del descanso Tientos y Tangos para volver después a escena deleitando por Milongas y Vidalita, Marchena y Escacena, que ambos Pacos interpretaban con suma delicadeza, probablemente uno de los momentos de mayor belleza de la velada. Armonía y dulzura de base.

Hubo Seguiriyas, Cabal de Silverio, y después Fandangos.  Como despido, unas Bulerías inmersas en su nuevo trabajo, las de Los Pajarillos, del Sevillano, otro de los momentos álgidos del recital, y cuando ya parecía que terminaba la noche, segundo bis por Cantiñas, Caracoles.

Paco del Pozo demostró, no sólo que técnicamente es perfecto, si no que es gran aficionado, conocedor de los Cantes y sus máximas figuras y nos dedicó una noche cuidada al máximo detalle, con un repertorio elegido con mimo y un compañero de faena con el que conecta casi sin mirarse. Se les nota la admiración mutua.

En definitiva, noche de disfrute para artistas y para los que estábamos en la Fundación Casa Patas presenciando este concierto y abducidos de nuevo por el Flamenco y el buen gusto.

Os dejamos por Soleá.

Fotos y Vídeo de Carmen Fernández – Enríquez.