Los que llevamos unos años con el vicio del cante, el toque y el baile recordamos con mucho cariño aquellos Jueves Flamencos que organizaba antaño la Peña de Enrique el Mellizo y que daban un sabor flamenquísimo a las noches de verano gaditanas.

Afortunadamente este nuevo ciclo llamado Cádiz Flamenco ha recuperado las noches flamencas en el Baluarte de la Candelaria ofreciendo en esta primera edición cuatro recitales y actividades paralelas. 
La del pasado jueves día 12 de agosto de 2021 puso el broche final, dedicando la noche a “Maestros y Discípulos”. 
Comenzó la noche Ana Rancapino, hija del maestro Rancapino, por cantes de fragua. Tras un merecido aplauso del público, invitó a su hija Esmeralda, al guitarrista Nono Reyes, hijo del también chiclanero Antonio Reyes y a los palmeros Manuel Vinaza y Diego Montoya. Esmeralda Rancapino, nieta del maestro, cantó por alegrías con clara inspiración en su abuelo, y luego Ana el cuplé “voy a perder la cabeza por tu amor” que el público cantó a coro con ella en varias ocasiones, acompañándolo con una pataíta con mucho arte. Después Esmeralda por soleá con mucho temple, y para rematar un cante por bulerías muy de la tierra en el que el joven guitarrista se acordó del maestro Cepero . 
Cambio de tercio. La tía Juana la del Pipa según pisó el escenario hizo que todo el mundo contuviéramos la respiración. ¡Qué presencia con ese precioso vestido morado y su peineta! ¡Qué estampa tan flamenca! Su primer “ay” templándose por bulerías por soleá ya anunciaba la flamencura y el eco de toda una vida dedicada al cante. Tientos-tangos con sus rematitos “sentá” que nos arrancó más de un ole, siempre arropada por el toque flamenquísimo y limpio de su paisano Manuel Valencia. Fandangos naturales “y a mí que me importa que me critique a mí la gente”, “nochecita era de invierno”… Qué maravilla el eco profundo de la tía Juana. Nos regaló para despedirse unos desplantes jerezanos por bulerías “arrecogiéndose er vestío”  ¡Qué soniquetazo y qué peso!

Tercer y último tercio. Juan Villar. Profeta en su tierra. Qué maravilla oír tu eco. Qué manera de cantar por soleá: “en el reloj de mi vida el tiempo se ha detenido, tengo calor con la nieve, con el sol yo siento frío”. Esa forma de cantar evoca sin duda los recuerdos de tu paso por los tablaos en los que tanto tiempo pasaste en la capital rodeado de figuras como tú. Y para rematarnos, por seguiriyas. ¡Qué jondura la tuya, Juan! Falsetas flamenquísimas del jerezano Manuel Jero. Después más festero, por tangos, con muchísimo sabor, el público tocando las palmas por lo bajo y con muchos oles siempre a compás. ¡Viva Cádiz!
Para el fin de fiesta todo el público en pie, todos los artistas juntos en el escenario nos hicieron disfrutar una vez más cantando, tocando y bailando, pero sobre todo observando las miradas de complicidad entre los maestros y los discípulos. Importante destacar el arte de Manuel Vinaza y Diego Montoya durante toda la noche, acompañando, recogiendo el cante y pellizcando con las palmas.
Otra noche en el Baluarte que sin duda se quedará en mis retinas, pero sobre todo en mi corazón. 

Fotos de Juana la del Pipa y Juan Villar de archivo VPF de Carmen Fernández – Enríquez.