Miércoles. Nueve y media de la noche. Las Ventas. Nos espera una corrida de un único toro, un Miura llamado Diego. El albero convertido en un Invernadero que hace de escenario y gracias al que es posible estar bajo techo en la plaza de toros. Sold Out. Y  entre vítores y pitidos salió El Cigala. Aclamado cual Mick Jagger. Acompañado por Jumitus y Piraña…. Hoy los pasodobles tienen forma de Boleros.

Acudía al concierto con mucha expectación pues la última vez que escuché al Cigala en directo no fue su mejor día. Sabemos que es como el Curro Romero del Cante, nunca sabes lo que va a suceder. Puede llevarte al cielo o al infierno. Por eso en aquélla crónica escribía que necesitaba reencontrarme con Diego. Con el Diego que me atrapó siendo una niña y me hizo aficioná. Con el que caló tanto en mí que hizo me enamorase del Flamenco hasta el hueso. Y anoche sucedió. A veces no hacen falta más que tres detalles para para emborracharse.

El recital se basó en su repertorio más de Boleros, Tangos y Salsa, aunque también hubo Bulerías y Tangos flamencos en los que rompió por Camarón, pero aquí, fueron los guitarristas los que salieron por la puerta grande. La Barbería y Ketama representados por Paquete y Josemi Carmona en su versión más jonda, muy compenetrados entrando a matar por Bulerías. Y Marco Niemietz, contrabajista, dio unos pases de muleta en los que llevó al respetable por donde quiso…. Un espacio este Invernadero con un sonido, por cierto, espectacular, que suma y sigue.

Y besó la medalla, o la cruz,  no sé lo que lleva,  en el mismo instante en que cantaba Lágrimas Negras besó su colgante emocionado, entiendo porque sufre la inmensa pena de su extravío … Para que inmediatamente después Jumitus le sacara una sonrisa con su toque…. Y Mr. Piraña, con un solo que levantó al público de la silla …. A sus pies!!

Es cuando este torero de las cuerdas vocales deja salir a Diego y aparta un rato al Cigala cuando se emociona y conmociona. Ahí la entrega es máxima, como si no fuera consciente de que está sobre un escenario… Cuando le canta a su “Soledad” o se le rompe el amor versionando a la Jurado sale el Miura, ahí sí, y embiste a quien tenga por delante porque al final, si como decía Camarón la cuestión es transmitir o no transmitir, ahí Diego El Cigala tiene pocos rivales. Se tiene o no se tiene y él está tocado por la varita.

Gracias por este reencuentro, anoche volví a ser la niña que comenzaba a escuchar Flamenco para no alejarse ya nunca más de este arte.

Fotos de Yolanda Moreno cedidas por El Invernadero Music