Fuera supersticiones, la Cañeta de Málaga, de amarillo, sale a la Sala Verde de los Teatros del Canal, agradece al público madrileño poder estar aquí y se arranca por bulerías por soleá y soleá.

Acompañada de su habitual elenco, con Antonio Soto al toque, que siempre aporta brillo y unas formas llenas de flamencura con su sonanta, su hija Loli de la Cañeta, Kiko de Málaga y José Salazar a las palmas y voces, se metieron por Tangos, especiales en la Cañeta, según ella los Tangos de su “momá la Pirula”, pero que terminaron recordando al Titi.

Los Fandangos de Salazar están siempre presentes en cada actuación de la malagueña. La admiración que siente por su marido se palpa en cada tercio que le escucha. Para acabar Bulerías con un ramillete final de letras metías con una genialidad pasmosa…. ¿Sabrá Alejandro Sanz cómo canta La Cañeta su “Corazón Partío”? ¿Y Gloria Stefan? No sé si será aficionada al Flamenco pero si ve a esta leona cantar “Mi Tierra”, seguro que se engancha…. De ahí a Cecilia con mucha guasa hacia el marido del “ramito de Violetas” y el final por la Pastori. En fin, la modernidad de una de las artistas con más sabor añejo y más festeras que quedan es admirable. Qué capacidad de llevar todo a su terreno, qué compás y qué afinación, como bien comentaba mi compañera de butaca, de afición, y amiga Rocío Díaz. Por supuesto el baile de la fiera no faltó. Teatro en pie. Y casi sin descanso…..

Pansequito! Uno d los referentes del cante estaba ante nosotros, acompañado por Miguel Salado al toque, que conoce y conecta con el del Puerto sin reparo, y Chicharito y Rafael Junquera a las palmas. Comenzaron por Alegrías, para quedarse solos en el escenario el cantaor y guitarrista y “matarnos” por Soleá. Vino el desgarro de la mina por Tarantos, en los que Juan Parrilla salía a escena para acompañar con su flauta travesera… Estas voces añejas, dominadas con maestría, el rajo eterno… Son estas voces las que pellizcan el alma, las que doblan las campanas. Turno de las bulerías, letrillas populares y propias, como “La Estrella” de su disco “A Mi Bahía” y “No Me Importa lo que Digan” incluido en “Un Canto a la Libertad” y que cada vez que lo canta pone el patio de butacas boca abajo. En realidad era ya el momento de irse, pero no pudo ser, los aplausos del respetable lo impedían, así que el fin vino por fandangos. Otra vez el teatro en pie.

Una de las noches programadas en la Suma Flamenca de las de hipo, y aunque los aficionados echamos de menos a Aurora Vargas, que no pudo asistir por culpa de una “mala pata”, disfrutamos como locos y ya estamos esperando que se recupere pronto para poderla ver y escuchar la próxima vez que Panseco vuelva por Madrid.

Foto de la Cañeta de Sara GPunto Foto (Archivo VPF).