Cuando aparece la inspiración y todos los elementos se ponen de acuerdo para que el arte vuele por encima de todo y de todos, suceden cosas como las de anoche en el Café Berlín.
Es cierto que contaban con ventaja pues el artista invitado a protagonizar el segundo recital del Ciclo «El Elenco del Maestro», era Duquende, y si algo tiene este artista es que es un ser especial. Y como tal, cuando está encima de un escenario nunca sabes lo que puede pasar.
Anoche salió a entregarse, hora y pico dejándose el alma, rompiendo los moldes, suponemos que inspirado por el Maestro, este fue su homenaje. Allí presentes en el ambiente, nada menos que Paco de Lucía, Camarón y un Ray Heredia, a través de la versión que Duquende hizo de «Lo Bueno y lo Malo». Se les podía oler. Respiraban de nuevo gracias a la semilla que este gitano rubio sembró.
Hubo Tarantos, «la Tarara», Soleá, Alegrías, Tangos, Bulerías, acordándose sin cesar del de la Isla, pero donde nos rendimos todos fue en la Seguiriya. La emoción creada en una sala que tuvo que dejar gente fuera sin poder pasar porque no quedó ni una entrada por vender, va a ser recordada como una noche a tener en cuenta en la vida flamenca madrileña.
Un público más bien joven que tuvieron el privilegio de asistir a este momento lleno de luz en la sombra de este cante. El «rajo» del catalán, su tímida presencia en el escenario, casi escondido bajo su sombrero, casi sin poder verle la cara, esa pose que potencia aún más su voz, y su manera de expresar a través de sus entrañas…
Acompañado de Paco Heredia a la guitarra, Johny «El Grande» al bajo y Bandolero a la percusión, dejaron el listón muy alto para siguientes encuentros flamencos en la noche de la capital.
Un ser realmente especial…
One Response to “Duquende | Café Berlín”
10/09/2017
La luz de aquella farola | VPF, Vive Pasión Flamenca – Tu anfitrión del Flamenco en Madrid[…] de saludo de la noche, cuando, en el duelo inaugural de la misma con Pedro El Granaíno y por nana, Duquende salió arreando leña de verdad con ese eco suyo que, cuando se duele como él puede, se te mete en […]