Un artista…

Artistas han habido muchos y muy buenos en cada época, así que es muy difícil elegir uno. El Flamenco ha sido tan diferente desde hace ya siglos… Y además hay cante, baile, guitarra..

Si me ciño a la guitarra, para ser solista lo primero que hay que hacer es ir a la Universidad, y nuestra universidad, es el Cante y el Baile. Así te haces intérprete o te haces creador.

Cada artista tiene una personalidad, hay baremos, pero el artista es artista siempre. Eligiendo los mejores, en la guitarra, tenemos a Sabicas, que mandaba sus grabaciones de las que luego hemos aprendido todos, pero en su época estaba también Niño Ricardo, anterior Ramón Montoya, que nos abrió el camino. En el Cante pasa igual, Mairena, Caracol, abrieron el paso pero a ellos se lo abrió Chacón…

Camarón es imborrable, ese baile de Mario Maya…

¿Y uno vivo? …

Nuestra generación ha sido magnífica, con  Paco de Lucía, aunque ya no esté, Manolo Sanlúcar… Lo importante de nuestra época es que no nos parecemos unos a otros en nada. Yo doy gracias por todo lo que he aprendido de mis compañeros.

Un nuevo flamenco…

El avance de la guitarra ha sido muy grande, hay más conocimientos. Se empieza a introducir el Flamenco en los Conservatorios y es muy importante. Antes el Conservatorio eran las Peñas, donde nos juntábamos para aprender unos de otros, las familias por ejemplo en Andalucía, en Madrid o en Cataluña…Son Conservatorios con mucha hondura. En realidad ese es el auténtico Flamenco, luego lo llevamos a la partitura.

Antes nos decían – no aprendas música que se te quita lo flamenco -, no, eso no es así. Es verdad que hay tanto grabado, y ahora con internet puedes escuchar lo más antiguo pero saber música y armonía es esencial.

Todo lo que hemos conseguido se está echando un poco para atrás. Nosotros hicimos que la guitarra bailara por seguiriyas, hicimos que fuera la estrella de los espectáculos, por eso fuimos una generación importante para la guitarra como concertista. Hoy en día los propios artistas se están alejando del flamenco y yéndose hacia el jazz. Nosotros no podemos traer armonías muy blanditas como si estuviéramos en Brasil. Con las letras tan fuertes que tiene el flamenco, que necesitan sonidos negros, no se puede tocar flojito.

Si hablo del baile, hace poco coincidí con Farruquito en el Festival de Córdoba, es elegantísimo, muy personal, lo conocí siendo un niño y su abuelo le hizo bailar para mí en mitad de la calle.

Un palo…

Dependiendo del guitarrista puede ser uno u otro. Por ejemplo en Jerez por Bulerías tocan a rabiar, así, no se toca en otro lado. Ahora sale un Diego del Morao y te rompe la línea, es increíble. Para mí el concepto como concertista de guitarra era su abuelo Manuel Morao porque era más largo y tocaba por bulerías de morir…

Si me baso en mí, yo me quedo con la Taranta.

Una letrilla…

Una mía. Se la hice a mi hija Blanca porque como yo viajaba tanto, siempre decía que quería volar:

«Ay, ay, ay, ay, mi niña chica quería volar

desde que era muy pequeñita

mi niña Blanca quería volar.

Mi niña Blanca ya está volando

mi niña Blanca se fue a volar».

Es una rumbita pero lo gracioso es que ahora Blanca es azafata.

Una actuación para el recuerdo…

Para mi fue muy importante tocar en el Teatro Real. Desde que era muy chico pasaba por delante y soñaba con tocar allí. La primera vez toqué con la Orquesta Nacional «La Vida Breve» de Manuel de Falla. No sé que sentiría él cuando lo escribió. La parte que yo hacía era con Gabriel Moreno al cante.

Pero después lo conseguí como solista, hice dos partes, la primera yo solo y la segunda acompañado con una Orquesta Sinfónica, pude estrenar mi concierto ANDALUZ SINFÓNICO, que había grabado en Columbia.

 Y por supuesto toda la época de Festivales donde coincidía con Paco y disfrutábamos mucho.

Tu próximo espectáculo…

Ahora sigo tocando y componiendo, incluso recuperando técnica, formas… Algunos conciertos doy.

Además voy a presentar el libro «Guitarrista de Guitarristas» que ha escrito sobre mí José Manuel Gamboa. Yo no lo he leído pero dice él que a todo el que ha pedido colaboración, al día siguiente tenía el escrito. Ya está editado, faltan solo algunas fotos. Lo presentaremos en Madrid y por supuesto en Córdoba en el Festival de la Guitarra, donde además daré una clase magistral.  También en el Institut Flamenco de Barcelona, en Utrera, etc.

Define Flamenco…

No podría decir otra cosa nada más que el Flamenco es mi propia vida. Todo se ha rodeado de flamenco por eso canto, por eso bailo, no profesionalmente pero sí para conocer los cantes. El guitarrista tiene que saber de cante y de baile, estudiar. Antes el bailaor no dejaba al cantaor media hora con la boca abierta hasta que terminaba, no. Antiguamente el baile era más lógico, tenía más sentido, tenía formato como el cante. Salía un bailaor y ensayábamos diez minutos, ahora hacen falta diez días, mucho efecto, es muy diferente. Yo veía a Mario Maya, siempre perfecto estéticamente, bien colocado. Esa cabeza de Güito… Ese es mi criterio del Flamenco.

Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.