Un artista…

Si tengo que elegir uno me quedo con Camarón, pero te diría Paco de Lucía, Farruco, Carmen Amaya, Chocolate…Esos son mis gustos.

¿Y uno vivo? …

Farruquito.

Un nuevo flamenco…

Yo prefiero lo ortodoxo. Aunque a la hora de bailar intentemos aportar algo un poco más moderno, siempre me baso en lo puro. Me gustan especialmente José Maya, Alfonso Losa y David Paniagua. Cuando veo a José bailar me salta una chispita dentro que me motiva a bailar también a mí.

No me siento demasiado identificado con cierto modernismo de hoy en día en el baile. Creo que a veces se falta un poco a las bases, a la pureza.

Un palo…

La soleá. Mi abuela cuando era un bebé me dormía cantándome por soleá. También la seguiriya. He crecido viendo a mi tía y mi familia cantar y bailar. Siempre lo he vivido así. Es un privilegio que he tenido, que me durmieran cantándome por soleá.

Una letrilla…

«Abuelos, pares y tíos,

de los buenos manantiales

se forman los buenos ríos,

abuelos, pares y tíos».

Que lo canta mi sobrino con 3 años y me gusta mucho. Y nos lo enseñó mi abuela. Lo hacía mucho Camarón.

Una actuación para el recuerdo…

El mejor recuerdo que tengo es haber podido bailar una noche para Paco de Lucía y Farruquito. Es una de la veces que más nervioso he estado en mi vida, fue en Palma de Mallorca. Tenía 18 años y después de bailar me crucé con Paco y me dijo: » qué bien has bailado, niño, tienes muy buena madera y cuando una guitarra está hecha de buena madera…No dejes de estudiar porque ya tienes lo mejor».

Tu próximo espectáculo…

Estoy montando un espectáculo, que aún no me atrevo a ponerle nombre, con artistas jóvenes, que me gustaría presentarlo en diferentes festivales. Creo que hay que dar más paso a los nuevos valores, porque ya casi o hay compañías como antes que lanzaban a los artistas y los formaban, debería darse más oportunidades a los jóvenes.

También estoy en los Tablaos de Madrid, Barcelona… Hay cosas, la verdad.

Define Flamenco…

El Flamenco es corazón y verdad. Hay mucho flamenco hoy en día que se visten y salen a bailar y son así solamente de ocho de la tarde a doce de la noche. Para mí éso no vale. Yo me siento flamenco desde que me levanto hasta que me acuesto. Mi día a día es escuchando a Camarón, para relajarme me pongo a Tomás Pavón, a Paco de Lucía…

Mi escuela ha sido que mi madre hiciera horas limpiando para poderme comprar las cintas de «Torero» de Antonio Canales, al Güito, o «Bodas de Gloria» y yo lo repetía y lo clavaba. Cuando ya pude venir a estudiar a Madrid, yo alucinaba, para mí era un sueño. Veía a los bailaores con una técnica que creía que nunca iba a conseguir. Luego me di cuenta de que lo que no se consigue es que cuando eras pequeño, y tu abuela te dice, «baila un poco», me ponía a zapatear de forma natural. Ella entonces me decía «Eso no es bailar! Colócate!», y yo no lo entendía, pero ahora sé a lo que se refería. La técnica se aprende, pero a ser Flamenco no, éso se tiene o no se tiene.

Foto de Carmen Fernández – Enríquez.