Un artista…

Me quedaría con todos los de aquella época de los setenta y los ochenta. Eran todos los grandes, maravillosos, personales. Monstruos tanto del baile, como del cante, como de la guitarra.

¿Y uno vivo? …

Quedamos muy pocos pero los pocos que hay son grandes y quedarán en la historia del Flamenco: Pansequito, José Mercé, La Susi, Juan Villar y alguno más que ahora no caigo. No se puede hacer una Bienal y que los grandes no estemos porque somos los que le damos la línea al flamenco. Somos la escuela. Es una pena porque el público de hoy no entiende ya que no ha visto lo bueno. Sólo piensan en la escenografía en lugar del cante o el baile.

Un nuevo flamenco…

No sé porque como yo bailo rock… El Flamenco de hoy no lo entiendo.

Un palo…

Me gustan todos porque son todos bonitos y con grandeza. Me identifican más con la Soleá pero yo también me siento a gusto en el Taranto, en la Seguiriya, en la Bulería, en todos.

Una letrilla…

La que sea bien hecha, bien cantada.

Una actuación para el recuerdo…

En los cincuenta años que llevo bailando he pasado noches grandiosas. Las he tenido buenas, regulares y malas como todos los artistas pero el que tiene el don se da cuenta cuando está en el escenario de que esa no ha sido su noche y eso es lo más bonito que un artista puede tener.

Que se me haya quedado grabada, la vez que me cantó Chocolate por Seguiriya. Esa noche se quedó en la historia y es irrepetible.

Me ha dado mucha alegría que hace unos días me dieron el «Premio Internacional de Flamenco» y fui a recogerlo a un pueblecito de Almería y ayer me dieron Rafael Riqueni y mi amigo Alberto Reyes la noticia de que me han dado el «Premio del Compás del Cante».

Tu próximo espectáculo…

Estoy montando un espectáculo que se llama «Manuela en Concierto», soy yo sola, guitarra y cantaores.

Define Flamenco…

Yo he nacido en una casa de gitanos en la que mi madre cantaba, mi padre bailaba pa´reventar, en mi familia todos sabemos hacer algo. Mis nietos bailan y cantan y mi biznieta con dos años también sabe bailar y cantar, o sea que es una cosa innata nuestra. No quiero ofender a nadie pero la verdad es que nosotros los gitanos jugamos desde niños a cantar y a bailar. El Flamenco para mí es todo, siempre que se haga con respeto. Yo no le exijo a todo el mundo que sean puros porque hay quien nace con la pureza y quien desde chiquitito o chiquitita va a la academia y estudia los Cantes y con el tiempo son buenos profesionales pero sí pido respeto. Que no desvirtúen, que no hagan las perrerías que están haciendo con el Flamenco porque el Flamenco en sí ya es una historia, no hace falta inventar nada. Ya está todo inventado. Todo lo que sea fuera de eso que quieren contar es absurdo porque lo que vale es el arte, el que baila, el que canta y el que toca la guitarra. Nunca se ha hecho un Flamenco con tanta escenografía. La escenografía soy yo y  una buena luz que te acompañe y ya está. No se necesita más.

Foto cedida por Claudia Ruiz.