Un artista…

Hay muchos y cada uno es distinto porque hay muchas maneras de expresar el Flamenco. Está el jondo, que es muy serio, está el Flamenco espiritual, el que sale de alma. Yo no ensayo por ejemplo, porque luego se me olvida, prefiero improvisar.

¿Y uno vivo? …

Cada uno aporta lo suyo, uno tiene mejores brazos, otra mejor estética, otra se expresa mejor con los pies…Creo que no hay uno mejor que otro, cada uno es bueno en su propia forma. Que uno llegue más al alma del público y tal vez le haga llorar, puede ser, pero otra le divertirá más por como va vestida, qué adornos lleve, la alegría que busca…

Para mí el Flamenco más auténtico es improvisado, no nos podemos salir de la verdad. El Flamenco no tiene fin. Cuando te crees que sabes algo, no sabes nada. Ahora yo solo sé que no sé nada. El Flamenco puro son los sentimientos de las personas, te lleva a tiempos atrás. Ese tiempo que yo he vivido de pequeña, con las familias como se amaban, la unión que tenían…

Un nuevo flamenco…

Ahora es un nuevo Flamenco porque los artistas de hoy estudian mucho, se forman, tienen muchas facultades pero antes había un sentimiento que sacaba esa verdad. No podemos olvidarnos de lo de atrás. Me gustaría poder hablar con los jóvenes para decirles que en el Flamenco hay más que los golpes y los pies. Yo admiro a los bailaores de ahora pero les diría eso. El Flamenco tiene un fondo muy profundo, es trigo limpio, es verdad. Cuando te calientas tienes que encerrarte y pedir a Dios que te ayude a sacar la verdad.

Un palo…

Los Tangos, apartando la Soleá que es la madre, cuando dices un «Ay» por soleá y un quejío, eso tiene mucha historia.

Si nos basamos en lo jondo, la soleá, la seguiriya, la petenera, de la quiero saber nada…

Una letrilla…

«Queriendo

y hasta después de la muerte

te tengo que estar queriendo,

que muerto también se quiere

y yo te quiero con el alma

que el alma nunca se muere».

Una actuación para el recuerdo…

Tal vez el número más importante de cara al público es el momento en que yo me quedo sola, sentada y con los pies,  bailo por Alegrías, de negro, y es cuando más improviso, donde me transporto y ahí está todo, los tiempos, los contratiempos…Entonces estoy segura de que va a salir bien. La improvisación es un mundo espiritual en el que yo quiero que entren todos los artistas porque es lo más bonito que existe.

Tu próximo espectáculo…

En el Festival Flamenco Madrid el día 4 de Junio, en el Centro Cultural de la Villa. Dios me ha traído aquí porque sabe lo que significa este Teatro para mí. Vuelvo después de 32 años.

También se va a estrenar dos días después la película sobre mí, «La Chana», en el Matadero de Madrid.

Define Flamenco…

Toda la espiritualidad, toda la verdad, todos los sentimientos que puede abarcar una persona. Es pureza. Las cosas puras no se pueden mezclar con agua. El Flamenco, el que tiene alma, es el que está vivo. Es algo muy grande, todavía en España no lo apreciamos.

Fotos de Carmen Fernández – Enríqu.