«Soy Camaronera hasta que me muera porque, con todo el respeto a todas las personas que ya no están y a todos los artistas que cantan, no habrá otro como Camarón»
Esta entrevista es realmente especial para mí porque como ya sabes eres una de mis cantaoras de cabecera, pero cuéntame ¿cuándo y cómo decides hacer del Cante tu profesión?
Mira María de mi corazón yo empecé bailando. Empecé en un tablao muy importante de Sevilla, Los Gallos, que aún existe y es un de los tablaos más bonitos que puedas ver en tu vida. Después yo me probé y me di cuenta de que me gustaba más el Cante que el baile. Tenía once años, era tan pequeña que me tenían que esconder porque venía a veces la policía con mucha guasa. En aquel momento vivía la dueña, la señora Ketty, a la que yo quería mucho; ella me regaló mi primer traje de lunares, moría conmigo. Cuando venía la pestañí la decían – sabemos que usted tiene aquí a una menor – y ella les respondía que no, que buscaran por donde quisieran, que todas las cantaoras y bailaoras eran mayores.
Había unas escaleras y arriba una azotea donde había un cuarto y me encerraban con llave y nunca me cogieron. Joaquín, un camarero que trabajaba allí y me adoraba, porque yo era la niña del tablao, todo el mundo me quería, y él me avisaba cuando se iba la pestañí.
Así estuve muchos años hasta que mis padres tuvieron que dar un poder firmado a la señora Ketty. Vivía don Antonio Pulpón y entre mi padre y él consiguieron que yo pudiera cantar los fines de semana. Yo estaba loca por cumplir quince porque quería ser artista, eso era lo que sentía mi alma. Así que arreglaron todo y ya estuve muchos años allí. Así fueron mis principios.
Mi madre me parió para ser artista. Yo no me veo haciendo otra cosa. Me encanta el Cante, me encanta escuchar a toda aquella persona que transmita algo a mi corazón. Muero con el Flamenco y con todos aquellos que me traspasen el corazón aunque no sean flamencos.
¿El Cante es una cuestión de sangre?¿Crees que el arte se lleva en la raza?
Se puede aprender a bailar, se puede aprender a tocar la guitarra pero aprender a cantar no se puede, eso tiene que venir contigo. ¿Sabes de dónde me viene a mí? Mi madre no es artista pero canta que no se puede aguantar. Ahora ya es muy mayor pero ha cantado muy bien. Aún así en Nochebuena yo la emborracho, la digo – Omá, tómate esta copita de aguardiente – y ella me dice – que no me vea tu padre – porque padece de la tensión y yo la digo que se moje los labios y ella me responde – ¿yo?¿los labios? – y se lo bebe del tirón. Mi padre la mira y la dice que está muy colorá y ella empieza a pedirnos que la hagamos compás y se pone a cantar. Por la parte de mi madre me viene a mí el Cante. Mis tíos y mis tías, todos cantan maravillosamente.
«Mi madre me parió para ser artista«.
Eres «La Camarona», creo que la sensación que tiene el público contigo cuando te ve es la que tenía cuando veía a Camarón. Además te llaman así también por lo que te admiraba ti el Genio. Es una responsabilidad muy grande ¿no?.
Todo artista bebe de una fuente. Yo soy Camaronera hasta que me muera porque, con todo el respeto a todas las personas que ya no están y a todos los artistas que cantan, no habrá otro como Camarón. Y ¿ sabes una cosa? Yo nunca alardeo, yo me meto en un rincón y puedo estar escuchando a otro veinte años, yo no me lo creo, soy una persona muy normal y muy sencilla y cuando me dicen La Camarona me da vergüenza. Me emociono porque me lo dice todo el mundo y yo pienso – por favor no me digáis eso -. Qué más quisiera yo que cantar como cantaba Camarón, pero el público es el público y no se le puede callar.
Eso sí yo me siento muy halagada de que me llamen así aunque me de mucha vergüenza. Es que su Cante va a quedar para la historia del Cante Gitano.
Me pasan unas cosas… Una vez me paró una señora para que cogiera en brazos a su niño y lo besara y yo me pregunto porqué me pasa eso a mí…. Pero el público es el que manda… Así que yo miro para el cielo y, desde el fondo de mi corazón, como Camarón era mi hermano le digo, ( entre risas ) chiquillo te estoy quitando el nombre.
Actualmente los artistas vivís prácticamente del directo pero, ¿tienes pensado grabar algún disco próximamente?
Hay muy buenas perspectivas y en mente tenemos un gran disco pero ya lo contaremos. El proyecto está ahí.
«Se puede aprender a bailar, se puede aprender a tocar la guitarra pero aprender a cantar no se puede, eso tiene que venir contigo».
Cuéntame cómo preparas tus repertorios para un recital:
Yo ensayo un poco pero soy una persona muy de inspiración. No soy una persona que siempre lo haga todo igual. Eso no va conmigo. Por ejemplo yo canto «Angelitos Negros», o «Las Ciudades» y con mi guitarrista lo tengo que ensayar pero lo demás ya lo hago según me sale del alma. Y ya cuando tengo un público con ambiente bonito es cuando me quito los zapatos y doy todo lo que tengo en mi corazón.
Es verdad que a veces se habla mucho de la improvisación en el Flamenco como algo despectivo y detrás de esa improvisación hay mucho trabajo porque si no, lo que llevas al escenario no vale…
Como decía mi Manuel Molina, el momento mágico. Uno puede ser artista de inspiración pero para llegar a eso hay una labor y un trabajo. Tus músicos te tienen que conocer. Tú vas a hacer cualquier cosa y te tienen que conocer con los ojos cerrados. Manuel decía – cuando vienen los momentos mágicos, eso no se puede explicar. Eso se siente -.
Te acompañaste mucho tiempo de otro de los gigantes, Moraíto..
Moraíto era una persona tan exquisita, con tanta sensibilidad y tanta clase… Muy gitano, lo tengo que decir a boca llena, era de mi raza. Era muy bueno, muy especial y tocaba la guitarra…. El mejor ha sido Paco, ¿no? También tuve mucha amistad con él porque me conocía desde que era chiquitita y me di muchas fiestas con él, pero a mi Morao me lo llevaba mucho, trabajaba mucho conmigo, era mi hermano del alma. No se podía tocar más puro y te partías de la risa con él porque era muy gracioso y tenía mucho «aje». A mí se me ha partido el alma María porque es una persona a la que he querido mucho y con quien he tenido mucho roce.
Te voy a decir una cosa, yo pienso que Camarón, Paco y mi Morao aún están vivos. Tengo fotos de ellos en casa y muchas veces estoy sola y les digo, os voy a quitar porque ya no quiero veros más y pienso cuánto les amo y cuánto les quiero…. Sé que están con Dios. Les tengo tanta admiración…. Aprendí tanto escuchando a Camarón… Con Paco me moría porque como persona era un cachondo mental y ya como guitarrista y como músico era un genio.
Y qué difícil debe ser elegir un guitarrista después de haber compartido tantos años con él:
Uno en eso no se puede parar porque Moraíto fue él y tenía un toque muy personal pero hay que reconocer que hoy en día hay muy buenos guitarristas. En Sevilla está El Perla, que es muy jóven y ahora ha tenido una lesión pero estoy esperando a que se recupere porque es mi guitarrista.
Con Paquete también me siento muy bien cantando porque es buen músico y toca tan dulce y me deja tanto a mi aire que no me molesta y canto muy a gusto con él.
«Yo pienso que Camarón, Paco y mi Morao aún están vivos. Sé que están con Dios».
A lo largo de tu carrera has tenido varias paradas por diferentes motivos pero siempre has vuelto con mucha fuerza a los escenarios, ¿Crees que las adversidades ayudan a ser más fuerte y a volver con más ganas?
Por supuesto que te haces más fuerte. Como sabes he estado malita y doy gracias que ya estoy bien y soy muy positiva y le he echado dos cojones a la vida. Mi alma tiene mucha positividad y estoy rodeada de personas que me quieren. Estoy de gloria porque percibo y asumo el cariño. Voy poco a poco pero cada vez me encuentro con más fuerza y cada vez estoy mejor. Todo el tiempo que pase por una bien pasado está y se lleva con mucha gallardía y dando gracias al Señor por lo que vas aprendiendo, más de tu Cante y tu música, te vas curtiendo y seleccionando con el paso de los años. Yo muero con las personas humildes que son las grandes y me encanta escuchar y aprender de los que tienen mucha sabiduría y han vivido mucho.
Se va perdiendo una generación realmente importante en el Flamenco, ¿cómo ves el futuro de este arte?
Es ley de vida que nos tenemos que ir pero es verdad que viene una nueva generación, lo mismo que la nieta de Rancapino, ella trae los genes de su abuelo, esos genes vienen dando fuerte y tienen que salir. La ves de chiquitita y ya sabes que cuando sea grande va a cantar bien. Que no se pierda la raíz y la pureza, que el flamenco es muy bonito, cantar bien es maravilloso. Tú puedes renovarte, meter veinte instrumentos, pero no pierdas tus raíces.
Antiguamente el Flamenco se vivía en las casas de vecinos, en sus patios, con fiestas privadas, en los barrios, ¿dónde queda éso?¿Tú lo vives así todavía?
Yo sí. Necesito alimentarme de eso. ¿Sabes lo que hago muchas veces? En Jerez de la Frontera existe todavía eso. Hay gitanos y gitanas muy mayores que cantan, bailan, se ponen una flor en el pelo y yo me voy, me tiro en el suelo, me como un plato de berza y alguna gitana me dice que la cante y ella empieza a bailar, a mover los brazos… Yo necesito esto, para verlo, para alimentarme, es lo puro.
Y ¿para cuándo organizamos una de éstas y se lo contamos a los lectores de Vive Pasión Flamenca?
Vente un día a Sevilla. Tú me llamas y yo te doy mi palabra de honor que te llevo a Jerez a casa de una de estas gitanas y nos vamos a dar una juerga que no te vas a querer ir.
Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.
One Response to “Charlando con… Remedios Amaya”
28/12/2018
Juancho YáñezYo a esa juerga me apunto.