«Yo digo a boca llena que Luis Habichuela es mi referente»
Acabas de lanzar disco nuevo a la calle, «Mil Caminos y Un Cantaor» pero cuéntame, ¿cómo y cuando decides hacer del Cante tu profesión?
Yo no lo decidí. Lo decidió mi padre antes de tenerme yo creo. No son decisiones, son cosas que vienen con uno, lo he vivido en mi casa de pequeño y en esos tiempos tampoco tenía mucha más información que el colegio y que todos mis primos y mis tíos lo que hacen es tocar, cantar y bailar. Era algo inherente en mí, yo no decidí nada.
Perteneces a una Dinastía Flamenca muy importante, Los Habichuela, ¿El Cante es una cuestión de sangre?¿Crees que se lleva en la raza?¿Este pensamiento es muy antiguo?
Hay que ser moderno y tenemos que superarnos. Yo soy una persona que mira a todo el mundo por igual. Distingo entre bueno y malo, entre respeto y no respeto. Es verdad lo que decía Camarón y por eso no hay que ofenderse y es que los gitanos interpretamos el Flamenco de otra manera. Eso no quiere decir que los que no son gitanos lo interpreten mal. Lo que sí diferencia el Flamenco es que es un capítulo a parte de la música. Es algo que hay que respetar y amar, no solamente es una composición, es una manera de vivir, de sentir, de expresar, de pagarle a Hacienda. No es una cuestión de raza pero sí de sentirlo, de nacer flamenco.
Actualmente los artistas vivís prácticamente del directo pero, ¿qué te ha llevado a grabar este disco?
Fernando Crespo. Mira hace catorce o quince años que me retiré, y estaba en un momento bueno. Cuando vuelvo y hago «La Vida Llega» con Nuevos Medios, apareció Fernando y me propuso hacer este proyecto. Lógicamente, que te llegue alguien formal, que lleva muchos años en la discográfica y te ofrezca ésto te da mucha seguridad porque sabes que solamente tienes que componer porque el resto está hecho.
¿Cómo ha sido la elección del repertorio?
No hago elecciones, ¿sabes lo que hago? Yo no soy un productor ni un compositor al uso. Como sabes yo canto, compongo y produzco mis discos. Me guío del corazón y nunca tengo nada seguro. Voy al estudio y hago un boceto pero no suelo llevarlo preparado, no sé trabajar así.
Este disco se lo dedico a mi padre y a mi madre. Hay un tema que le dedico a mis dos hijas, una alegría. «Pequeña canción de Amor» a mi otra hija, y «Ariel» a mi hijo y otra canción a mi mujer, que es «Me agarró la Tarde». Son momentos de la vida; no es tanto la armonía y los textos como lo que vivo día a día… La elección es, yo estoy a gusto con mi mujer, la voy a hacer un tema. Me he peleado con mi hijo, le compongo otro tema. Me guío mucho por lo que a mí me gusta, no por lo que le gusta a la gente porque eso es muy difícil saberlo. Si no estás a gusto con lo que haces no lo puedes defender en el directo.
El Flamenco no es un producto. Estuvimos en la burbuja inmobiliaria y ahora vamos a pasar la musical. Con mucho respeto por ejemplo para Rosalía, nosotros somos flamencos desde la cuna y nos adaptamos pero no podemos cambiar lo que sentimos. No cantamos para el gusto de nadie, aunque sí para gustarles.
«El Flamenco es un capítulo a parte de la música. El Flamenco no es un producto. Estuvimos en la burbuja inmobiliaria y ahora vamos a pasar la musical»
Tu público está deseando escuchar en directo tu nuevo trabajo, ¿Dónde más lo vais a llevar?
La verdad que tenemos cerradas cositas y presento el disco el 14 de Mayo en Valencia, el 19 de Mayo en el teatro Isabel la Católica de Granada, el 13 de Junio en Madrid en la Gran Vía y el 14 en Aranjuez. No está mal de momento.
Has pertenecido a uno de los grupos iconos de una época, «La Barbería del Sur»¿qué queda en ti de todo aquéllo? ¿Y en qué crees que te ayudó y en qué te perjudicó a la hora de dar el salto como Cantaor?
Voy a hacer una aclaración, yo fui el creador de ese grupo. Para mí es uno de los mejores grupos que han habido y toda esa esencia queda en mí. Yo he sido cantaor y me he perjudicado yo solo. Podía haber cantado con la guitarra, pero al final, por ejemplo, hago la Vidalita y después la llevo a mi terreno. Hago unos Tientos y les meto un estribillo pero no por eso estoy fallando a los Tientos. Lo que pasa es que no me dan sitio en los Festivales flamencos porque hago ésto y no lo consideran flamenco. Tampoco me dan sitio en los Indie porque me consideran flamenco, entonces, como decía Morente, ¿qué cojones soy yo? Yo canto por Soleá y si después meto música a algo lo hago bien… En vez de quitarme de en medio de los dos lados, darme espacio. La gente está muy estereotipada pero eso se está quedando muy obsoleto y yo voy a seguir haciendo lo que hago.
Volviendo al Flamenco en sí, eres hijo y sobrino de tres de los guitarristas flamencos más importantes, Los Habichuela, ¿no te ha dado por ahí?¿De qué forma la guitarra ha marcado tu vida?
Los Habichuela son excelentes guitarristas pero mi padre y mi tío Juan empezaron bailando y eran muy buenos bailaores. Además mi padre debutó cantando sólo que le cambió la voz, yo digo a boca llena que Luis Habichuela es mi referente. No es que lo diga yo, lo dicen los que saben de ésto. Pregunta a Carmen Linares o Mercé… Ellos lo saben bien. Reconozco que he sido una persona un poco golfilla y en vez de pasarme doce horas tocando, preferí cantar que es más de arte y más de duende. La guitarra es muy sacrificada.
¿Y cómo es la vida al lado de leyendas como ellos?
Es que para mí no son leyendas. Los tenemos tan cerca que no lo asimilas. ¿Sabes cuando te das cuenta de que son leyendas? Cuando empiezan a irse. Ahí ya empieza a quedarte un vacío y empiezas a pensar. Para mí ha sido un honor y un orgullo inmenso, primero, venir de donde vengo, de los Habichuela, y también poder estar con Morente, con Camarón, con Riqueni, con Antoñete, con Ramón «El Portugués», con Antonio «El Rubio», con todos. Como los hemos tenido ahí no lo veíamos.
«Yo no soy un productor ni un compositor al uso. Me guío del corazón y nunca tengo nada seguro»
Se va perdiendo una generación realmente importante en el Flamenco, ¿cómo ves el futuro de este arte?
El futuro nadie lo sabe. He visto generaciones anteriores a mí, de los que hablábamos antes y son maravillosos. He visto a Rancapino, Morente etc y a la Barbería, Ketama…. Ahora hay una generación como Ingueta, David de Jacoba, el niño de Rancapino que cantan muy bien y con eso me conformo. Ya sabiendo que hay siete u ocho que cantan así ésto ya está salvado. Con la guitarra pasa igual. Pero el Flamenco está muy difícil. Me da miedo una cosa, el flamenco antes no era tan popular. Si un artista era bueno para los flamencos, ya era bueno. Ahora si no te conoce un público generalista, lo llevas mal. Ésto ha cambiado mucho por la industria musical y por el marketing y gente como la que te he mencionado antes lo tenemos muy complicado.
Antiguamente el Flamenco se vivía en las casas de vecinos, en sus patios, con fiestas privadas, en los barrios, ¿dónde queda éso?¿Tú lo vives así todavía?
Yo lo vivo en casa todos los días y me encanta. Es lo que hemos hablado antes, pero hay que tener un equilibrio. El flamenco tiene que estar en los teatros, ahora, en mi casa el flamenco es eso, estar a gusto con mi mujer, viene mi tío Pepe y rápidamente se saca una guitarra y se forma una fiesta.
Y ¿para cuándo organizamos una de éstas y se lo contamos a los lectores de Vive Pasión Flamenca?
Cuando tú quieras. Además tú sabes que siempre estás invitada a mi casa.
Entrevista realizada en Casa Patas.
Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.
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