«El nivel de exigencia de este tiempo es poco«
José, estás con la promoción de «La Torre Alta» pero cantas desde que eras muy pequeño ¿ cuándo tomas conciencia y cómo decides hacer del Cante tu profesión?
En realidad nunca he pensado en hacer otra cosa salvo cuando estudiaba en secundaria que hice Administración por tener algo pero la historia de toda mi vida, desde que me subí a un escenario con cinco años por primera vez, era, es y será la de cantar. En ello llevo desde entonces y además consciente de que es lo que quería hacer, dedicarme a ello desde la primera vez que lo hice.
Naciste en Barcelona circunstancialmente pero vienes de Lebrija, territorio flamenco….
Sí, porque mis padres emigraron a Barcelona buscando una vida mejor y allí nací aunque mi crianza es lebrijana cien por cien. También hay parte de mi herencia familiar que son oriundos de Jerez, mi bisabuelo era de allí, familia directa de Juanichi el Manijero, del Tati, Parrilla el Viejo, Diamante Negro… Y por parte de mi bisabuela hay un entronque raro porque la mayoría de esos apellidos del Barrio de Santiago como Carrasco, Vargas, Valencia, Peña, son oriundos de Lebrija, como la familia también de Paco de la Luz. Al final la zona de la Campiña entre Jerez y Lebrija, donde se criaron los gitanos, el entronque es bastante grande.
¿Crees entonces que el arte cuestión de sangre?
A mí me viene por herencia familiar. En mi caso, igual que el de muchas familias gitanas de aquí, el Cante ha sido visto como una herencia y no como montarse en un escenario y ser conocido. Cuando la herencia es el Cante, es la única vía que tiene el pueblo gitano para intentar quitarse de en medio las angustias vividas en el día a día; su trabajo, la manera de buscarse la vida, la persecución constante … Al final se toma el Cante como defensa y como un escudo, bueno esto es mío y es mi herencia. Para nosotros siempre ha sido más una cuestión moral que artística. Aquí el primer artista profesional que sale es Juan Peña «el Lebrijano». Antes había personajes como Diego Flores «el Lebrijano», inventor de la Debla, que era un bandolero…. Eran gente que no se dedicaba artísticamente a ello. Hasta que no llegaron los Cafés Cantantes y se profesionalizan las cosas la transmisión era oral y además una cuestión de respeto mantener los Cantes tal cual te llegaban, tú eras el transmisor de una herencia que te habían dado. Por ello sí creo que es una cuestión genética, otra cosa es que tú a lo mejor no naces con el instrumento y después hay que desarrollarlo, aprenderlo y divulgarlo.
«Para nosotros el Cante siempre ha sido más una cuestión moral que artística»
Actualmente, bueno, sin pandemia, los artistas vivís prácticamente del directo pero tú acabas de sacar al mercado tu último disco, el tercero, “La Alta Torre, Bécquer y el Flamenco” ¿ cómo surge la idea de volver a grabar? Este proyecto está vinculado a la Universidad de Sevilla, cuéntame un poco el proceso…
Pues en realidad lo de grabar fue la última idea de un proceso que comienza hace dos años con un trabajo de investigación para musicalizar las Rimas de Bécquer y finalizar este año coincidiendo con la conmemoración del ciento cincuenta aniversario de su muerte. La Universidad de Sevilla tiene un departamento cultural que funciona muy bien y quisieron investigar sobre la diferencia de la poesía culta y la popular que él mismo hablaba…. Se conoce la afición de su padre, que era pintor, a las fiestas y a la música… Tenía en su casa el cuadro «Las Fiestas de los Gitanos», que pintaron su padre y su hermano que siempre andaba con la guitarra a cuestas y esas reuniones que organizaban en ese hostal de Madrid, añorando su tierra, Sevilla. Después de hablar tanto tiempo sobre estas semejanzas, la dramaturgia de las letras del flamenco que pueden ser llamadas poesía popular, ya que las componían personas, normalmente gitanos, que no sabían leer ni escribir, siempre se ha dicho que Bécquer tiene conocimiento de esta música y además la valoraba y apreciaba pero, siendo el poeta más leído, nunca se había musicalizado su obra, salvo cosas esporádicas, por lo menos en el flamenco. Él es el padre de la poesía moderna, donde se han fijado todos los escritores de la Generación del 98 y del 27, y cono todo lo que se les ha versionado musicalmente a ellos, a Bécquer no.
Ha sido costoso pero muy enriquecedor y divertido. Ha sido de las mejores cosas que he hecho.
Has tenido ayuda de Paco Robles para la elección de las Rimas, ¿esta parte te resultó muy complicada?
Sí, para la elección y la adaptación de los poemas. Yo le puse música y lo adapté para que las letras cuadraran tal cual, hicimos recreaciones de estilos como en la Taranta, y así hasta que estrenamos el proyecto en el 18 en un espectáculo reducido y luego ya el estreno en la Bienal. Al final me ofrecieron como final grabar el disco. Se iban a hacer dos disco, el de Amancio Prada y el mío.
¿Dónde se puede conseguir el disco?
En Madrid está en El Flamenco Vive y el que quiera que se lo envíe puede escribir también a discosjosevalencia@gmail.com y se lo mandamos.
«Juan Requena aporta todo lo que un cantaor necesita, conocimiento de la guitarra, del acompañamiento, musicales, aporta amistad, consejos de verdad»
¿Tú compones?
No compongo letras, alguna vez musicalmente hago cosas pero las sigo guardando porque sigo investigando y cuento con escritores pero letrísticamente no me he atrevido. Creo que hay que tener una fase de desarrollo, que ya la pasé, después una fase de formación, y ahora estoy en mi fase de creación personal, cómo ver yo mis propios proyectos e ir personalizando mi carrera y mi forma de cantar. No se nos tiene que dar bien todo y prefiero centrarme en el Cante. Al final ésto es un trabajo de equipo y así el resultado será mucho mejor.
¿Qué ha aportado Bécquer a tu vida?
Bécquer me está enseñando a colocar letras, a saber cómo cantarle a los poetas, a vocalizar, a darle carácter de alas a cada letra para que tenga la expresión más cercana a la que el poeta escribió… Sin querer vas cambiando tu manera de expresar según vas trabajando. Cuando tienes que cantar cosas que no son tuyas o que conoces menos y tienes que estar al servicio de la palabra de otro, la gente quiere escuchar eso en tu voz y cómo esos poemas se adaptan a la música. Tú estás al servicio del poema. Es una cuestión de qué le viene mejor al poeta.
Una vez más en este proyecto cuentas con la guitarra de Juan Requena, que es fiel escudero, ¿ qué aporta para un cantaor acompañarse del mismo guitarrista bajo tu punto de vista, y en el caso concreto tuyo y de Juan?
Juan aporta todo lo que un cantaor necesita, conocimiento de la guitarra, del acompañamiento, musicales, aporta amistad, consejos de verdad, decirte sí cuando es sí o no cuando es no sin miedo, el tema de «Volverán las Oscuras Golondrinas», por ejemplo, es suyo, aporta composición. Me dejo guiar por él porque llevamos mucho tiempo juntos. Guitarrísticamente ha evolucionado a un nivel top tanto en acompañamiento como en composición y ejecución. Tiene una madurez que ahora mismo creo que de su generación es de los tres mejores que hay. Cuando llevas veinte años trabajando juntos y compartiendo cosas, para seguir evolucionando tienes que rodearte de los que más te conocen y lo que tú creas que es lo mejor para ti. Lo que te venga mejor a ti, no lo que la gente piense que te viene mejor. En el flamenco se da mucho que la gente opine lo que a ti te va bien y no piensan en que lo más correcto es lo que piensa uno mismo. Juan ahora mismo para mí, es el mejor de su generación, lo digo a boca llena, ese es mi gusto después de conocer a tanta gente, lo tengo clarísimo. Además me conoce mejor que nadie, sabe como funciono y como sacar el mejor partido de mí, tanto a nivel musical como de producción. Me aporta tranquilidad y calidad a mis trabajos.
«El nivel de afición que nosotros mismos hemos creado ha conseguido que se prefiera al que imita que al que tiene personalidad»
Se va perdiendo una generación realmente importante en el Flamenco, ¿ cómo ves el futuro? ¿Cómo crees que va a ser su evolución y su conservación?
Ha cambiado mucho la historia, antes buscábamos la forma, los estilos, la corrección, el querer hacer las cosas tal y como te venían, el salvaguardar y mantener los estilos, el clasicismo…. También ha habido siempre creadores, se creaba polémica y con el tiempo se sabía que eran cosas maravillosas. Después vino internet y las redes sociales y es más importante ser famoso que desarrollarse para ser un buen artista. Es lo que yo veo, igual es muy duro o suena pedante pero tuve la suerte de conocer unas generaciones que casi nadie de la mía ha vivido y conozco el flamenco de puerta cerrada y el de escenario. A la vez que conocí esa maravillosa generación de artistas de los años ochenta, de la que cada vez quedan menos, y a personajes ilustres, que nada más de escucharlos hablar, aprendí una barbaridad…. Ahora cuando veo el poco respeto que hay hacia ellos…. El legado…¿Qué queremos vender? La conservación del flamenco será muy difícil si la gente no tiene conocimiento de formas ni estilos. Hay muy pocos que estudien para esta conservación. El futuro también depende de cuestiones políticas. Tenemos que regularizarnos ya de una vez. Necesitamos estar legalmente protegidos, tener leyes, un sindicato en el que accedamos a ayudas y subvenciones… Vamos a dejarnos de fama y a preocuparnos de investigar. Cada vez es menos usual hablar de Cante, nada más se habla de trabajo pero no hay afición. El nivel de afición que nosotros mismos hemos creado ha conseguido que se prefiera al que imita que al que tiene personalidad. Hoy en día hay muchos imitadores, querer sorprender con algo que ha hecho ya un gran artista, imitando en lugar de recreando, poco vamos a evolucionar. El nivel de exigencia de este tiempo es poco.
Antiguamente el Flamenco se vivía en las casas, patios de vecinos, fiestas privadas… ¿Dónde queda eso? ¿En tu casa lo seguís viviendo así todavía?
Cada vez queda menos, las ciudades se agrandan y la gente vive cada vez más lejos unos de otros. En la época anterior a la guerra civil, los gitanos vivían en los cortijos donde trabajaban, estaban las familias enteras porque se necesitaba mucha mano de obra, por ejemplo el Cortijo de las Torres, que dio nombre a Manuel Torres…. Allí todos comían juntos y la única manera de desfogar era tomarse un vino y acababan empalmando fiesta con trabajo, eso que trabajaban de sol a sol. Cuando ya todo empezó a expandirse dejó de pasar, aunque en Lebrija lo que sí siguen conservándose son las casa cantaores. Aquí hay una forma propia de cantar por Seguiriyas que la sacaron los Bacanes y que muy poca gente conoce. El sistema de vida nuestro influye mucho, ahora nos vemos más por el móvil que físicamente. Cuando se pierde el contacto físico todo cambia. Se conserva porque de vez en cuando se coincide y ya sale el – ¿ te acuerdas de aquello de tal? – Y surge la fiesta.
De todas formas sí que creo que la pandemia nos ha hecho reflexionar y estamos cogiendo conciencia y pienso que cuando acabe, volveremos a sociabilizarnos y a lo que tú comentabas.
Sí, al llegar la pandemia nos han exigido que no nos podemos ni abrazar con la gente más cercana y ya cuando te lo prohíben no mola, yo necesito esas reuniones para poder luego subirme a un escenario.
Yo te emplazo a que cuando esté todo bien nos juntemos y organicemos una reunión.
Y yo te tomo la palabra.
Fotos de Paco Lobato cedidas por José Valencia.
No Responses to “Charlando con | José Valencia”