Gracias Jesús por regalarnos un trabajo como este, tu primer álbum “Calma”. Personalmente lo estaba esperando, ya que sigo a este gran músico desde hace mucho tiempo, y siempre me ha parecido un intelectual de la guitarra, alguien que además de tocar con el corazón, lo hace sabiendo muy bien lo que toca y con una técnica excepcional.

Jesús Guerrero es un guitarrista que domina el toque en todas sus variantes, tanto para el acompañamiento al cante como al baile, ámbitos en los que a pesar de su juventud tiene una trayectoria y una experiencia muy grande, y es ahora cuando nos enseña su faceta como solista y lo hace de una manera increíble.

Calma, es lo que se necesita para poder expresar de una manera íntima, todo lo que Jesús nos enseña en este disco, sus vivencias acumuladas durante dos décadas de estudio y dedicación a este instrumento tan grande como es la guitarra, en su música se dejan entrever las distintas influencias que han enriquecido la base flamenca de este guitarrista Gaditano, nacido en San Fernando.

Sus melodías, están llenas de sensibilidad y de cosas que decir, se deja el alma en cada una de las notas que las forman, y eso llega al que está al otro lado escuchando.

En el disco podemos encontrar entre otras cosas, Alegrías, Bulerías, una Granaína que te traslada a lugares mágicos y una Rondeña hermosísima, creada desde la sensibilidad y la ternura con un trémolo que te abre el corazón.

Todos ellos marcados por el sello personal de este guitarrista, que ya cuenta con uno propio. Cuando uno escucha una guitarra y se sabe quién es el intérprete nada más oírla, significa que tiene su propia personalidad y además es distinta de la de otros guitarristas, y eso es lo que le ocurre a Jesús Guerrero que se sabe que es él en cuanto suenan las primeras notas de su sonanta.

Además de estos palos podemos escuchar otras melodías inspiradas en sensaciones, y que Jesús nos traslada para que las captemos y las disfrutemos, como en el tema “Anne Frank” o “El principio de todas las cosas” además de su rumba “ Café Noir”, en la que juega con el mestizaje de la música brasileña y el flamenco de una manera especial.

En definitiva, se trata de un disco que sin duda hay que escuchar, y no una vez y ya está, sino que hay que descubrir sus matices una y otra vez, porque cada vez que lo hagamos encontraremos nuevas sensaciones que nos despertaran distintos sentimientos, pero todos ellos culminarán en uno, la “Calma” con la que nos ha regalado esos trocitos de su mundo interior.

Gracias de nuevo Jesús.