Sábado 9 de Abril, tras las cenas, en el Restaurante Mirador de Rivas, y con el público presente dispuesto a disfrutar, pasada la medianoche, se hacía la presentación de lo que iba a ser un ratito muy flamenco.

El recital comenzaba con la jovencísima Amalia Andújar como protagonista. Acaban de otorgarle el Premio de Cante Extremeño en el concurso de Cante Flamenco de Mayorga, Plasencia, premio que por cierto ha donado a Valeria, una niña que lo necesitaba realmente. Comenzaba por la puerta grande, cantando por Soleá, soleá que al terminar, su maestro y acompañante al toque, Antonio Carrión, le alababa en bajito, «muy bien Amalia, has cantado muy bien».

Era entonces el momento de que subieran al escenario Tate Montoya y Manuel Vinaza para hacerles el compás por Alegrías y después Tanguillos, puro Cádiz, la Cazuela que tantas veces hemos escuchado a Chano. Se los dedicó a Sonia Cortés, cantaora madrileña que por allí estaba.

Vuelven a quedarse solos en el escenario Amalia y Antonio para cantar por Fandangos. El final, por Bulerías claro, con todos sobre el escenario, incluido su ahijado, un niño de no más de 3 años, que se daba pataítas y tocaba las palmas entusiasmado.

Amalia además de cantar muy bien, tiene una voz trabajada para su juventud, si cierras los ojos estás escuchado a alguien mayor que ella, tiene mucha presencia en el escenario. Sus formas son flamenquísimas, sus gestos, sus maneras al moverse, vestirse y expresar. Te espera un largo recorrido en el cante, seguro que sí!

Tras un pequeño descanso, el plato fuerte de la noche, Antonio Reyes. En la presentación, la sorpresa de la noche, ya que Jose, el dueño del restaurante, le agradecía su presencia allí regalándole una foto, hecha por Diego Gallardo, de un primer plano del artista cantando.  Al minuto Antonio cantaba por Tonás, Martinete, acordándose de Pavón, Caracol y Mairena.

Siguió el chiclanero por Alegrías y después por Tientos, metiéndose finalmente por Tangos. Luego le concedía al público la elección de sus cantes, para tirar por Soleá.

En las Bulerías, con letras que tantas veces interpretó Camarón, gustó muchísimo. Final por Fandangos, por Caracol. Puso en pie el Mirador al completo. Y es que disfrutar así del Cante del que pueda ser el mejor cantaor de su generación, tal y como lo presentaban el sábado, es un lujazo.

Al terminar Carrión, que sabe lo que no está escrito, nos contaba que a Antonio hay que tocarle distinto al resto de los cantaores, su dulzura y su forma de cantar, despacito, así lo requiere.

Noche Flamenca en la intimidad de un lugar único para disfrutar del buen hacer. Gracias por tanto, artistas!

Fotos cedidas por Diego Gallardo.