19 de Octubre, viernes y de nuevo seremos los anfitriones de una cliente muy especial. Anna es sueca, afincada en New York, y repite Experiencia VPF. Hace un año aproximadamente nos contrataba para tener su primer acercamiento al Flamenco. Quería ver baile, pero le apetecía algo diferente a un tablao y únicamente disponía de una noche. La suerte nos acompañó pues esa misma, baila en Café Berlín Farruquito.  Fuimos sin pensarlo dos veces, ¿cuál fue su sensación? La de no haber visto nada que la impresionara de esa manera nunca. Tanto, que el pasado viernes vino a Madrid durante veinticuatro horas y no dudó, tenía que ver flamenco otra vez.

Anna es una mujer afortunada, pues esta vez, tenía la oportunidad de escuchar a la que ha sido una de las cantaoras más importantes de esa época dorada de nuestro arte. María Vargas venía a Madrid a cantar a la Peña el Duende. Al toque la acompañaba Pepe Núñez y el espacio no puede tener más encanto. Vivir el Flamenco en una Peña es una de las maneras más auténticas de sentirlo. El público está lleno de afición. En ésta no hay amplificación de ningún tipo por lo que se escucha el cante y la guitarra al natural.

Leyenda viva, María, una vez más se dejó la piel. Cantó por Alegrías, Tangos del Piyayo, Soleá, Fandangos,  Tientos Tangos y la ya mítica Seguiriya que hacía su padre y en la que nunca puede evitar emocionarse. Se emocionó María y emocionó a Anna que no dejaba de resaltar lo impresionada que estaba con el sentimiento de la Vargas cantando y la belleza del Toque de Núñez.

Tras acabar el recital, disfrutamos de una velada con los artistas en la que Anna entendió que el Flamenco no solamente es lo que ocurre sobre un escenario sino que es esa forma de ver, sentir y vivir cada instante. Que una vez que acaba el espectáculo el Cante y el Toque continúan con la familia, con los amigos, improvisando y entregando en cada momento lo mejor que cada uno tiene.

Fotos y vídeo de Carmen Fernández – Enríquez.