El pasado viernes 23 de febrero de 2018 en el Ciclo Andalucía Flamenca tuvo lugar en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional un evento cuanto menos singular, tres cantaoras de raza nos trajeron los ecos de sus respectivas «escuelas» flamencas. Lebrija, Jerez y Cádiz, «casi ná».

Anabel Valencia (Lebrija) con un eco muy flamenco y una esencia de pureza casi arcaica, cantando como hace décadas atrás. María Terremoto ( Jerez de la Frontera) la joven vieja que dejó de ser promesa hace mucho tiempo, de casta le viene al galgo… Y Carmen de la Jara (Cádiz) que a nadie deja indiferente con su personal forma de hacer los cantes y la sabiduría de una vida paseando los ecos gaditanos por medio mundo.

Anabel y María estuvieron acompañadas por la Guitarra de Nono Jero (Jerez) guitarrista en permanente evolución en su acompañamiento y toque en general, de una vez a otra que le vemos va dando pasos de gigante para convertirse en una referencia como tocaor. A las palmas estuvieron Daniel Bonilla y Manuel Valencia aportando al evento esa solidez imprescindible del compás.

Carmen estuvo acompañada por Antonio Carrión (Mairena del Alcor, Sevilla), guitarrista consagrado con una amplia experiencia y un toque muy personal, perfecto conocedor de su oficio, un maestro del acompañamiento al cante!.

La Sala de Cámara es un espacio a mi entender no concebido en principio para el flamenco y lo cierto es que el sonido estaba un poco saturado, sobre todo en la voz y en ocasiones costaba entender las letras y la pronunciación del cante. Además había excesiva luz, no era un ambiente de recital muy flamenco para lo que estamos acostumbrados.

Comenzó el acto muy puntual (19.30) con Anabel Valencia por Alegrías sonando a Cádiz, muy pura y fresca a la vez. Seguirillas para continuar con un eco de 50 ó 60 años atrás, muy flamenca. Terminaron Anabel, Nono, Daniel y Manuel por Tangos a lo grande, recorriendo este palo con sabiduría y mucho soniquete, el público aplaudiendo con fuerza entre cante y cante y muy intensamente al finalizar la actuación de estos ARTISTAS.

Con el mismo acompañamiento de guitarra y compás sale a escena apenas dos minutos más tarde María Terremoto a traernos el eco de su tierra, Soleá por bulerías jerezanas, cómo sorprende ver alguien tan joven cantar tan puro, Tientos tangos agarrándose los puños de la camisa y el público con el aliento contenido y una explosión de aplausos al terminar los tangos alante bailándose sus letras, decidió María terminar el recital en pie sin micro cantando por Fandangos naturales y ahí ya es cuando el público explotó con su carisma, por suerte, tenemos Terremoto para rato.

Escenario vacío y aparecen Antonio Carrión con su guitarra y Carmen de la Jara con su cante tan peculiar, su voz tan dulce y su alma tan flamenca, comenzó por alegrías , meciendo, casi hablando el tirititrantrantran muy bonitas las letras, soleá para seguir, muy puras las formas, a pellizquitos y para terminar Chuflerías de Cádiz con todo el aire y la guasa de la tierra, y visto está, mucha experiencia y oficio. A mi entender, hubiera estado genial contar en las Alegrías y Chuflerías con la ayuda del compás porque aporta mucho más conjunto en este tipo de cantes, aunque Antonio Carrión, pasado de ello, supo de sobra llenar esos huecos.

Para terminar el concierto, salieron todos a escena y se marcaron un fin de fiesta por bulerías sin sonido artificial, tocaron, dieron compás, cantaron, bailaron y se fueron con el Auditorio en pie.

En definitiva, fue una buena ocasión para disfrutar en Madrid la esencia del Arte flamenco de esa zona mágica que tanto arte nos ha dado, nos da y nos seguirá dando. Lebrija, Jerez y Cádiz.

Fotos Archivo VPF por Carmen Fernández – Enríquez y Paco Manzano.