3 de Noviembre. Comenzaba ya el Viernes de forma especial. De alguna manera un día importante pues a las 12.30h quedábamos con Martín Guerrero, patrono de Casa Patas, para colgar en la Fundación de este mítico espacio, las fotos de nuestra exposición, realizadas íntegramente en la Sala García Lorca. Algo nerviosas pero muy contentas con el resultado y por saber que somos, la primera exposición fotográfica dedicada exclusivamente a este lugar, que allí se instala, terminamos la mañana con un aperitivo en la taberna, un flamenquísimo aperitivo, pues a parte del propio entorno, por allí estaba ya comiendo El Pele, que esa noche, abría el Ciclo de Cante de Noviembre y Diciembre en la Fundación.

Tras saludarlo y comentarle que en unas horas iríamos a disfrutar de su Cante y a cubrir el recital, sentenció, » esta noche veréis el concierto, pero mañana cuando tengas que escribir, haz solamente lo que dicte tu corazón. Siempre, haz siempre, lo que sienta tu corazón«. Y así nos despedimos y seguimos día, hasta que llegaran las 22.30h para escucharlo cantar.

Por fin el reloj daba la hora. Por fin sentados ya frente al escenario, arrancaba Paquete, que por primera vez acompañaba al Pele, a quien llevó en volandas. No había dudas de que así sería, pues Paquete está más que acostumbrado a los enormes, así acompañó tantas veces a Morente, él mismo nos comentaba en el descanso, que si algo tenían en común Enrique y El Pele era ser tan especiales y diferentes y que estaba encantado de poder estar allí con el Maestro.

Dos partes como siempre, en esta ocasión con un descanso muy breve para no enfriarse. Seguiriyas, Soleá y Alegrías para la primera parte, cantes de Cadiz que aprovechaba el cordobés para agradecer a la Tacita de Plata que le hubiera puesto su nombre a una calle y para reivindicar que nunca lo hubieran hecho en su ciudad natal. Entre Cante y Cante, dedicaba unas palabras al respetable, que si en esta ocasión estuvo menos silencioso de lo habitual, fue probablemente por mostrar el entusiasmo que se siente al poder disfrutar tan de cerca de un cantaor difícil de describir sin destacar lo diferente que es a todo y a todos. No quiso olvidarse Manuel de dedicar unas palabras a los Sordera, pues allí estaba Sorderita, ni a su alumna Amalia Andújar. Pero especialmente emotiva fue la anécdota que contó para dedicar unos Fandangos a Salomé Pavón, nieta de Manolo Caracol, y padrino de bautizo del Cantaor, hecho del cual éste se enteró al ver su partida de Bautismo. Emotiva fue la dedicatoria y más emotivo aún la forma de hacer este Cante, hasta el punto de llevarnos a las lágrimas.

Morente estuvo presente, a través de Paquete y por el recuerdo que El Pele hizo de él antes de cantar «Dime Ana», tema grabado con éste, escrito por el padre de Dorantes en un momento muy complicado en su vida. Para finalizar Bulerías, marcadas también por la percusión de Sabu Porrina y las palmas de Juan Motos y Paquete Hijo.

«Ole los conciertos buenos», «cómo es de especial El Pele», «éste sí que es un genio»… Estos fueron los comentarios que se escuchaban a la salida.  Salida que no cerraba la noche pues era tal la emoción que nos resistimos a marcharnos a casa y nos quedamos en una pequeña fiesta de un grupo de amigos y aficionados. Cual fue nuestra sorpresa, que en una de las veces que decidimos bajar a la calle, nos encontramos con Camarón de Pitita acompañado por su padre, Antonio El Rubio, que venían a distraerse un ratito. Cinco minutos de conversación con este sabio del cante con el que Camarón se partía la camisa, valen más que la mitad de encuentros que podamos tener en nuestra vida.

Así que si el día comenzaba Flamenco, acababa de igual forma y desde luego, con algo en mente imposible de no llevar a cabo, el consejo que  El Pele nos regalaba horas antes y que cumpliremos a rajatabla en cada acto de nuestras vidas, pues siempre, todo lo que hagamos, lo haremos desde el corazón.

Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.