Jueves 16 de Febrero, como es habitual en este día de la semana, el Círculo Flamenco de Madrid contaba con programación. El cartel anunciaba a un joven artista, puntero, que está destacando en su cante tanto alante como atrás, Israel Fernández.

Israel iba acompañado al toque de Camarón de Pitita, guitarrista madrileño hijo de Antonio «El Rubio», y contaban esa noche con Paloma Fantova como artista invitada, que para finalizar dejó una muestra de su fuerza y raza sobre las tablas.

Un paseo por cantes de Levante, Soleá, Tangos, Granaínas, Mirabrás, Cantiñas y Alegrías, Fandangos, Seguiriya y Bulerías. El rajo de Israel ensalza cada palo, en la Taranta de Linares nos dio la primera muestra de lo que presenciaríamos el resto de la velada. Pero quizá fue en los Fandangos y en la Seguiriya donde a mí personalmente me emocionó de una manera especial.

Sus aires por Camarón te llevan al genio. Y aunque es cierta la personalidad propia del joven cantaor, tiene ese timbre desgarrador que le asemeja al de la Isla.

Aunque definitivamente, para resumir la noche, lo esencial, contaré una anécdota que allí me sucedió. En esta ocasión fuimos acompañando a la familia Wade, de Bristol, para que vivieran su #experienciaVPF. Un matrimonio de unos 60 años aproximadamente que decidieron celebrar el 18 cumpleaños de su hija con nosotros. Impactados ya por el propio ambiente iban con muchísimas ganas de disfrutar, pero la mayor sorpresa para mí, fue cuando en la Seguiriya, miré a  Mrs. Wade y sin saber ni una sola palabra de español, lloraba como una Magdalena. Sin duda ése es el efecto de la transmisión. Los sonidos negros de la voz del de Toledo y el toque del madrileño embaucaron a esta familia. Con la completa satisfacción por mi parte de poder mostrar a otra gente lo que me hace sentir a mí el Flamenco.

Creo que esto es lo mejor que se les puede decir a los artistas, que han conseguido emocionar incluso a alguien que no entiende lo que las letras de los Cantes están diciendo pero sí les han hecho sentir algo enorme, hasta llevarles a la emoción, a través de su mayor expresión, el FLAMENCO, que una vez más, fue el vencedor del partido.

Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.