Viernes 23, Conde Duque, guitarra, cante y baile para continuar mostrando el arte del Flamenco Joven en la capital. Esta vez venían los artistas desde el Puerto de Santa María, Jerez y el mismo Madrid: Paco León, Rafael Zambo y Selene Muñoz.

La guitarra daba las primeras notas de una noche muy elegante. El jovencísimo Paco León salía a escena, él solo, con su sonanta y queriendo agradecer a la organización del Ciclo la oportunidad. Lo agradeció de palabra y también por Soleá, Taranta y Bulería. Lo hizo a su manera, con gran delicadeza, acariciando la guitarra, consigue que susurre, parece que te esté cantando al oído. Miel y canela en sus dedos y su forma de expresar.

El cante lo daba Rafael Zambo que dejaba una vez más el nombre de su familia en lo alto. Llevaba acompañante de lujo, hay que reconocerlo, Manuel Valencia a las cuerdas. Arrancaron con Soleá y siguieron por Seguiriya, su despedida fue por su tierra, bulerías, con el compás de Tate Núñez y Diego Montoya, terminando con unos pasitos que se dio Rafael con bastante humor. Este cantaor tiene mucho poderío encima de una tablas a pesar de su juventud y conecta rápidamente con el respetable. Su saber estar y presencia evocan a los cantaores viejos.

Fue la guinda el baile con Selene Muñoz por protagonista. Si es verdad que tiene un fondo flamenco, su espectáculo hermanaba mucho con lo clásico, e incluso a ratos con jazz. Rodeada de un elenco de artistas masculinos, Rafita de Madrid al cante, que ponía las notas más flamencas con su voz desgarrada, Jesús Losada al toque que también destaca por su arraigo y su flamencura, el contrabajo era Miguel Rodrigáñez y la percusión de Jesús Mañeru. La puesta en escena impecable y cuidada al máximo, tanto por vestuario de la propia protagonista como por la implicación de los músicos en toda la parte teatral, que había mucha. En momentos salía el cisne de sus brazos y en otro la mujer moderna que pisa fuerte y se pone por montera el mundo seduciendo a un hombre de forma directa pero absolutamente elegante. A pesar de algunos problemas con el sonido la madrileña supo mantener la atención del público en todo momento que quedó envuelto en el halo de misterio, de sensualidad y de coraje que creó esta artista. 

Fotos de Carmen Fernández – Enríquez.