13 de Noviembre. Regresa el ciclo Andalucía Flamenca a la Sala de Cámara del Auditorio Nacional con programación que quedó aplazada debido a este virus que está intentando acabar con la cultura pero que yo espero nos haga más fuertes.

A las siete y media de la tarde y con puntualidad británica salía La Fabi a escena. Blanca y radiante va la novia…. Blanca y radiante para acabar negra pues la cantaora arcense jamás se lo piensa, siempre que pisa las tablas se tira al barro. Lo que sea será pero va al límite, casi sin respirar. Levante, Seguiriya, Alegrías, Soleá por Bulería y Bulerías acompañada a la guitarra por un Paco Heredia que, como la conoce tanto, la lleva en volandas con un toque personal y sonido propio. Zambullo y Rapico a las palmas, los tres con mascarilla por aquello de la distancia de seguridad. La parte más emotiva vino sin duda con su pequeño homenaje a Parrita y La Susi y su, no mencionado, pero homenaje también a Camarón y después a Tina de las Grecas, con una letra que ella hacía de los Chorbos y con la que la transmisión de La Fabi hizo llorar a la propia hija y nieta de Tina presentes entre el público. Final con invitación al baile de José Carmona «Rapico» en la misma línea racial de lo acontecido hasta ahora.

Y del barro a la ducha sin descanso. También de blanco pero con una rosa roja bordada en el vestido, Antonia Contreras, acompañada únicamente por Juan Ramón Caro a la guitarra, salía impecable. Del salvajismo a la corrección absoluta. Perfecta en la ejecución y puesta en escena completamente trabajada y pensada, desde las letras hasta las formas, muestra sin duda alguna de respeto al respetable. Farruca, Malagueña, Tangos, Soleá, Seguiriya y Fandangos. Emocionantes guiños Morentianos. Acompañamiento de excepción, brillo en las cuerdas. «La que estamos formando» expresaba literalmente esta cantaora que se encontró a gusto y quiso ofrecer la limpieza y claridad de su voz.

Dos caras de una moneda, el Flamenco, que una vez más muestra la diversidad de sus transmisores y sus aficionados. En la variedad está el gusto. 

Foto de portada Archivo VPF por Carmen Fernández – Enríquez.