Tras unos días de descanso, de letargo y de bloqueo emocional, creo que hoy soy capaz de escribir.
Puede un baile por Soleá dejarte en shock? La conclusión a la que he llegado es, que si quien baila es Manuela, sí. Y es que podría resumir los días que he pasado este año en el Festival de Jerez en ese baile. Tras un comienzo de espectáculo con algo de caos, todo giró en el broche y nos cambió a todos para siempre. Tuve un poco de temor a que acabase y se encendieran las luces pues me imaginaba con la cara llena de rimell a consecuencia del llanto, llanto que comenzaba al escuchar a Jesús Méndez por fandangos, salió con una fuerza inconmensurable que solamente unos pocos sabemos de dónde venía, pero cantó con dolor, ahí me rompí para terminar de quebrarme con esa mirada de la Diosa del baile, acompañada del cante de Enrique el Extremeño, esa manera de parar y ese levantar los brazos que puede cambiarte la vida.
El caso que cuando se encendieron las luces, el noventa por cien del público estaba empapado en llanto al igual que yo. A la salida en el hall se escuchaba el silencio y se intuían las miradas cómplices de los asistentes porque todos estábamos viviendo la misma emoción.
Así terminaba esta edición de este festival concebido por y para el baile y que desde luego no pudo tener más acierto con su cierre.
Días antes presenciamos la propuesta artística de Estévez y Paños, «La Confluencia», que de nuevo resultó inspiradora, tanto la propuesta como la manera de bailar de Rafael, que derrocha naturalidad, es bailaor porque no podía ser otra cosa, es evidente que nació para esto. Elenco formidable y propuesta de una elegancia sublime.
Mucha expectación en la Sala Compañía para el espectáculo de Juan Tomás de la Molía. Un tributo a la Bulería, de Jerez, en el que en realidad el Cante es el protagonista aunque la propuesta sea de baile. Puesta en escena en la que se reconoce la mano de Manuel Liñán, impecable. Juan Tomás demuestra sus dotes artísticas no solamente al baile, también al cante y a la guitarra, en una performace que narra precisamente la naturalidad del ser flamenco, independientemente de si te dedicas a ello profesionalmente o no. Y así de hecho lo hacen destacar los músicos que acompañan a Juan Tomás en una recreación de fiesta.
Mientras tanto Jerez no duerme ni de día, ni de noche, entre los diferentes espacios escénicos y los paralelos al Festival, Cante, Guitarra y sobre todo mucho baile que, como La Soleá de Manuela, puede llegar a cambiarte la vida.
Fotos de Manuela Carrasco por Tamara Pastora.
Fotos de Juan Tomás de La Molía y Estévez y Paños por Esteban Abion.
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